Por Levent Neyse. Ser investigador no es fácil. Seguir siéndolo es todavía más difícil. Desde una perspectiva puramente económica, elegir una carrera académica debe de ser un acto de racionalidad profundamente limitada. Al fin y al cabo, significa soportar muchos años de formación, altos costes de oportunidad, pocas plazas académicas, contratos de corta duración, salarios [leer más ...]