Por las calles de Shahjahanabad, la vieja Delhi amurallada, los cláxones no descansan ni cuando cae la lluvia del monzón. Pero por sus vías congestionadas de tráfico, los tuctucs y los mototaxis se abren paso. Son los llamados “vehículos de última milla”, los que ayudan a los habitantes de la capital india a acelerar en su tramo final y llegar, por ejemplo, a estaciones de metro para evitar el riesgo de caminar por vías que muchas veces no tienen aceras para los peatones.Seguir leyendo