El 2 de abril, mientras Donald Trump azotaba el mundo con aranceles, altos mandos del Ejército Popular de Liberación (EPL, el ejército chino), vestidos con uniformes de camuflaje y armados con palas, cavaban la tierra durante una jornada de reforestación voluntaria en Pekín. En la actividad, que se lleva a cabo desde los años ochenta, estaban los principales líderes de la poderosa Comisión Militar Central (CMC, la máxima autoridad sobre las fuerzas armadas), y otros cuadros del Partido Comunista. Desde que Xi Jinping llegó al poder en 2012, nunca habían faltado a la cita los miembros de la cúpula militar. Este año fue distinto. Quienes siguen los caprichosos vericuetos de la política china, notaron enseguida la ausencia del general He Weidong, el segundo en el escalafón del EPL. Seguir leyendo