USA: Suprema Corte mantiene las uniones gays equiparándolas al matrimonio

Wait 5 sec.

(ZENIT Noticias / Washington, 11.11.2025).- Diez años después del histórico fallo que legalizó el “matrimonio” entre personas del mismo sexo en todo Estados Unidos, la Corte Suprema, de forma discreta pero contundente, cerró la puerta a los intentos de revocarlo. En una breve orden, los magistrados se negaron a revisar la apelación de Kim Davis, la exsecretaria del condado de Kentucky que se convirtió en un símbolo de la resistencia religiosa al fallo Obergefell v. Hodges de 2015.Con una frase lacónica —“se deniega la solicitud de certiorari”— la Corte indicó que el derecho constitucional al matrimonio entre personas del mismo sexo permanece intacto, a pesar de años de maniobras legales y polarización cultural. La denegación mantiene vigentes los fallos del tribunal inferior contra Davis, quien fue condenada a pagar más de 360.000 dólares en concepto de daños y perjuicios y costas judiciales a las parejas a las que se negó a casar por motivos religiosos.Para Davis y sus defensores, la decisión marca el fin de un largo y polémico capítulo. En 2015, como secretaria del condado de Rowan, desafió una orden federal al negarse a expedir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, alegando sus convicciones cristianas. Su postura la llevó a un breve encarcelamiento por desacato al tribunal, desató un debate nacional sobre la libertad religiosa e impulsó a los legisladores de Kentucky a modificar la ley para que los secretarios ya no tuvieran que firmar personalmente las licencias de matrimonio.Sin embargo, para la Corte Suprema —ahora con una sólida mayoría conservadora— la decisión de no revisar el caso Obergefell tiene profundas implicaciones. Muchos habían especulado que los magistrados podrían aprovechar la apelación de Davis para reexaminar el precedente de 2015, especialmente después de los comentarios del juez Clarence Thomas en 2022, en los que sugirió que Obergefell debería ser «reconsiderado». Pero el silencio de la Corte esta semana es muy elocuente: un tribunal conservador, si bien ideológicamente diverso, parece reacio a reabrir una batalla que trastornaría la vida de cientos de miles de parejas y desestabilizaría una década de seguridad jurídica.Según el Instituto Williams de la UCLA, aproximadamente 600.000 parejas del mismo sexo se han casado en Estados Unidos desde el caso Obergefell. Para ellas, la negativa del Tribunal Supremo a revisar el caso reafirma que sus matrimonios civiles —independientemente de los argumentos de sus detractores religiosos— no son susceptibles de revocación legal.Sin embargo, el debate cultural dista mucho de estar resuelto. En octubre, el Tribunal Supremo de Texas dictaminó que los jueces estatales podían negarse a oficiar bodas entre personas del mismo sexo por motivos religiosos, una señal de que la tensión entre la libertad de conciencia y la igualdad civil sigue latente. Mientras tanto, más de veinte estados estarían preparando marcos legislativos que podrían restringir el derecho al matrimonio si se revocara el precedente federal.Thomas Jipping, investigador jurídico sénior de la Fundación Heritage, declaró a EWTN que la apelación de Davis «nunca fue el medio adecuado» para impugnar el caso Obergefell, porque «no actuaba como una ciudadana particular ejerciendo su fe, sino como funcionaria pública». La Primera Enmienda, explicó, «se aplica de forma diferente a los funcionarios públicos que a los particulares».Para algunos académicos católicos, este episodio refleja una lección más amplia sobre prioridades. Mary Rice Hasson, directora del Centro Kate O’Beirne para la Ética y las Políticas Públicas, señaló que sería más provechoso invertir la energía en enseñar la verdad católica sobre el matrimonio que esperar una revocación judicial. «Deberíamos centrarnos en explicar y vivir la comprensión que tiene la Iglesia del matrimonio y la sexualidad», afirmó, «en lugar de esperar que los tribunales anulen el caso Obergefell».Sus palabras ponen de manifiesto una profunda contradicción dentro del catolicismo estadounidense. Según una encuesta de Pew Research de 2024, casi el 70 % de los católicos que se identifican como tales en Estados Unidos apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo, una proporción ligeramente superior a la media nacional. Para los líderes de la Iglesia, esto representa un desafío tanto pastoral como teológico: cómo mantenerse fieles a la doctrina católica, que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, al tiempo que se interactúa con una cultura que, en gran medida, se ha movido en la dirección opuesta.La negativa del Tribunal Supremo a reabrir el debate no pone fin a la discusión moral; simplemente estabiliza el marco legal. Tras la discreta dignidad de la negativa del Tribunal Supremo subyace una conciencia nacional fracturada, que sigue debatiéndose sobre el significado de la libertad, la fe y la igualdad en una era pluralista.Por ahora, Obergefell permanece como en 2015: un pilar del derecho constitucional y un foco de debate moral. Los magistrados optaron por el silencio, pero su silencio ha sido elocuente: la ley del matrimonio en Estados Unidos no se modificará, al menos no por este Tribunal.Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de este enlace.  The post USA: Suprema Corte mantiene las uniones gays equiparándolas al matrimonio appeared first on ZENIT - Espanol.