En 1968, Clint Eastwood fue elegido como protagonista en el musical western La leyenda de la ciudad sin nombre. Estaba en lo más alto de su carrera como actor, acababa de interpretar su papel revelación como el ‘Hombre sin nombre’ en la trilogía del dólar de Sergio Leone. Pasar de ser el rostro más emblemático del spaguetti western a lanzarse a cantar y a bailar significó desviarse ligeramente dentro del género por el que se le conocía.Por aquel entonces, Eastwood estaba casado con Margaret Neville Johnson. Sin embargo, se sabía que tenían un "matrimonio abierto"; es decir, que Margaret aceptaba que el actor se tomase ciertas libertades al mantener diferentes relaciones extramatrimoniales.Al comienzo del rodaje de La leyenda de la ciudad sin nombre, Eastwood tenía dos amantes. El actor conoció allí a Jean Seberg, la coprotagonista con quien compartiría escena, de quien se enamoró, pero no tan perdidamente como ella, al parecer. Comenzaron un tórrido, pero no tan insólito romance, a expensas del marido de Seberg, Romain Gary. El escritor y diplomático francés no se mostró tan comprensivo con la infidelidad como Margaret, que ya tenía años de experiencia lidiando con ello.El caso es que Jean Seberg no veía la relación que compartía con Eastwood como un mero entretenimiento entre los parones del rodaje o como una forma de darle realismo al romance que también interpretaban en la gran pantalla, que es misteriosamente fiel a la realidad que estaban viviendo. No, Seberg se había enamorado del ‘Hombre sin nombre’.Ahora bien, si ponemos los hechos en contexto, siendo como era el rodaje de un western, siendo quien era Clint Eastwood, siendo el marido de la actriz un escritor, y habiéndole esta confesado que se había enamorado del actor, el guion se escribe solo. Lo exige el código de honor. Romain Gary retó al vaquero más memorable del western a un duelo a muerte. Por desgracia para él, o no, no llegó a darse.Karina Longworth contó la historia de este enfrentamiento en un episodio de su podcast You Must Remember This. Según la presentadora: "Nunca llegaron a hacerlo. Romain se marchó y Jean llamó a su publicista para confesarle que estaba locamente enamorada de Clint Eastwood y que necesitaba ayuda para anunciar que se iba a divorciar".Nadie acabó consiguiendo lo que quería al final, salvo Eastwood. Nada más acabar el rodaje, el actor se olvidó de la existencia de Seberg. El biógrafo de la actriz, David Richards, escribió: "Una vez que regresaron a Paramount, era como si Clint no supiera quién era. Jean no podía creerse que pudiera ser tan indiferente con ella después de todo lo que había pasado en Baker. Era una mujer muy vulnerable y fue un trauma terrible para ella".Cabe mencionar que, diez años más tarde, Gary acabó falleciendo por herida de bala. Pero fue él quien apretó el gatillo contra sí mismo, un año después del suicidio de Jean Seberg.