El horror en Málaga: mató a su madre y la escondió en una arqueta para robarle 900 euros

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El joven acusado de asesinar a su madre, profanar su cadáver y robarle con violencia ha sido condenado a 27 años y un mes de prisión por la Audiencia Provincial de Málaga. El cuerpo de la mujer fue hallado el 12 de julio de 2022 en el interior de una arqueta de la capital malagueña con signos de violencia. La sentencia, a la que ha tenido acceso la agencia EFE, reconoce la existencia de la agravante de parentesco, dado que el condenado era hijo adoptivo de la víctima.Según el fallo judicial, los hechos se remontan al 25 de mayo de 2022, cuando el acusado, de 22 años en ese momento, se puso de acuerdo con un menor para entrar por la fuerza en la vivienda de la mujer con el objetivo de obtener dinero. Durante el asalto, ambos agredieron a la víctima hasta causarle la muerte.Tras el homicidio, los dos jóvenes ocultaron el cuerpo en un congelador, donde permaneció al menos dos días. Posteriormente lo trasladaron a un trastero de la vivienda y lo introdujeron en un baúl. Días después, y tras buscar un lugar donde deshacerse del cadáver, lo transportaron en un carro de supermercado y lo arrojaron a una arqueta, donde fue hallado semanas más tarde.En el mismo proceso fueron juzgadas dos mujeres acusadas de encubrimiento. Sin embargo, el tribunal las absolvió al considerar que no existían pruebas suficientes para sostener la acusación formulada por la Fiscalía y las partes personadas.Reconoció los hechosEl juicio con jurado se celebró a partir del 27 de octubre. Durante su declaración, el principal acusado reconoció los hechos y alegó que actuó de forma impulsiva. El 4 de noviembre, el jurado lo declaró culpable por unanimidad.Un menor de 17 años, ajeno a la familia, ya había sido juzgado anteriormente por su participación en el crimen. Tras admitir los hechos, fue condenado a ocho años de internamiento en régimen cerrado y otros ocho de libertad vigilada. Su testimonio fue clave para localizar el cuerpo, después de que el hijo de la víctima hubiera asegurado inicialmente que su madre se había marchado de casa y desconocía su paradero.El tribunal considera probado que los acusados accedieron a la vivienda forzando la cerradura y exigieron a la víctima el número PIN de su tarjeta bancaria. Según la sentencia, la ataron de pies y manos y la estrangularon tirando con fuerza de la cuerda con la que la habían amordazado. El fallo concluye que el joven no sufría alteraciones psíquicas que le impidieran comprender la gravedad de sus actos.