Sánchez se lanza a la carrera por los presupuestos y la búsqueda del voto joven

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Al otro lado del cristal estaban Colectivo Da Silva y Anouck. Caía la tarde del jueves en el estudio de Radio 3. Plena emisión de Generación Ya. Pedro Sánchez se había enfundado una camiseta negra con el logo de la emisora y una cazadora a juego. “Le hacía mucha ilusión”, comentan dirigentes de su entorno. Y la sonrisa se le dibujaba también horas después de haber salvado algunas votaciones clave en el Congreso.Sánchez encuentra en la música una de sus principales vías de escape. Confiesa que escucha mucho Radio 3 y también la americana NPR. Y va mucho más allá del mainstream, con predilección por los grupos indies. Ahora anda obsesionado con Rosalía y Restinga, pero lo combina con Vera Fauna y Sharon Van Etten. Su imagen en el estudio recordó mucho al presidente que se enfrentó a la tarea titánica de revalidar el Gobierno en las elecciones de hace más de dos años y que recorrió todos los platos para desmontar al personaje que habían creado las derechas.Tras unos meses durísimos por el caso Koldo, Sánchez vuelve, según los suyos, a estar en plena forma. Cada día es un Vietnam, pero tras horas de tensión vuelve a salir airoso. En las últimas semanas ha superado su paso por la comisión de investigación en el Senado, ha aprobado leyes clave sin que se termine de cristalizar la ruptura con Junts y ha visto cómo el juicio del fiscal general del Estado ha quedado visto para sentencia sin ninguna prueba contundente contra Álvaro García Ortiz.Además, durante estos últimos días se están imponiendo dos líneas de argumentación principales para el Gobierno: la defensa cerrada de los servicios públicos frente al modelo privatizador del PP (su principal leitmotiv durante la maratoniana jornada del Congreso del miércoles) y la idea de que hay que desdramatizar las votaciones de todas las semanas en la Cámara Baja. Como ilustran fuente gubernamentales: “Eso no es como el Real Madrid que hay que ir a ganar uno a cero, todo o nada. Sino que hay que verlo como las victorias del Barcelona de un cinco a dos”.Y el presidente del Gobierno tiene ahora dos desafíos muy importantes en su cabeza, como sostienen varias fuentes de su entorno: la negociación de los presupuestos generales del Estado y el voto joven. Sobre el primer asunto, el reloj empieza a correr este lunes, cuando el Ministerio de Hacienda ha convocado a las comunidades autónomas para discutir la senda de estabilidad, el primer paso para la elaboración de las cuentas públicas. Ahí el Gobierno quiere empezar el cortejo, poniendo sobre la mesa a las autonomías un mayor colchón financiero para los próximos ejercicios. En Hacienda son conscientes de que el PP votará en contra, pero esa ventana se abre ya pensando más en los socios de Gobierno y con la vista puesta en Junts, quien siente la presión de algunos de sus alcaldes para negociar las cuentas.El Ejecutivo ha prometido presentar las cuentas públicas, aunque en estos momentos no concreta una fecha. No se quieren pillar los dedos porque el manejo de los tiempos es esencial en estos momentos en la política española. Y, además, el calendario electoral se ha acelerado por la decisión de la presidenta de Extremadura, María Guardiola, de ir ya a las urnas de manera anticipada el 21 de diciembre.En el Gobierno saben de la dificultad de lograr armar los presupuestos. Aunque el debate parlamentario del miércoles, como señalan en La Moncloa, dejó también la idea de que la mayoría de socios de investidura están por la labor de sacar las cuentas públicas. Los principales obstáculos están en Podemos y en Junts. Pero los más optimistas del Ejecutivo ven incluso alguna posibilidad con ellos. El mensaje, no obstante, que sale del corazón del socialismo es que se mantienen en la tesis de aguantar hasta 2027 aunque no aprueben el proyecto. Y la otra obsesión, según reconocen cargos socialistas, que tiene el presidente en estos momentos es el voto joven. Durante la sesión del miércoles, ya le dijo a Santiago Abascal (Vox): “Veremos a ver a quién vota más la gente joven”. En Moncloa creen que no se puede generalizar ni seguir expandiendo la idea de que menores de 25 años apoyan en masa a la ultraderecha. De hecho, dirigentes del PSOE ponen ejemplos de las movilizaciones a favor de Palestina o de la respuesta masiva de estudiantes contra la gira del activista Vito Quiles por diferentes universidades españolas.A pesar de llevar años de retraso respecto a la ultraderecha, Sánchez se está volcando en Tiktok para llegar al votante más joven. Y lo hace a través de recomendaciones durante todas las semanas de libros (desde ensayos políticos hasta novelas gráficas sobre el franquismo) y discos, donde apuesta principalmente por grupos indies. El Ejecutivo quiere dar esta batalla y también buscan viralizarse en esta plataforma otros ministros como Pilar Alegría (Educación, Formación Profesional y Deporte) y Félix Bolaños (Justicia y Presidencia).Pero el presidente se ha echado a la espalda en primera persona esa tarea respecto al votante joven. De hecho, en el segmento de entre los 18 y los 25 años, según el barómetro del CIS, los socialistas son primeros en intención de voto, con un 24,7%, por encima de Vox, que registra un 23,3%. El PP flojea muchísimo en este tramo con apenas un 7,7%, aunque está por delante de Sumar (3%) y Podemos (4,5%). Sánchez se prepara ya para todo lo que pueda venir. Y lo hace a ritmo indie y recuperando el espíritu de La Pija y la Quinqui.