Un psicólogo, sobre la mejor manera de enseñar a nuestros hijos a disculparse: «Para ellos es mucho más valioso si...»

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A la hora de educar a un hijo, enseñar a pedir perdón es una de esas lecciones que, aunque parecen sencillas, a menudo resultan difíciles de poner en práctica. ¿Cómo conseguirlo? Sobre este tema ha hablado recientemente Javier de Haro, psicólogo conocido por compartir en redes sociales diferentes consejos sobre educación y crianza. En una de las publicaciones más recientes de su cuenta de Instagram, el experto asegura que uno de los principales motivos por los que los niños no se disculpan es porque no nos ven hacerlo a nosotros. El psicólogo subraya que los niños aprenden de lo que observan, y no siempre los adultos somos coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Si un padre pide respeto pero grita, o si una madre exige empatía pero responde con desprecio, el mensaje que el niño interioriza es contradictorio. «Para ellos es un aprendizaje mucho más valioso cuando te ven disculparte con tu pareja o con ellos mismos si has levantado la voz injustificadamente», explica De Haro, que recuerda que la autoridad no se basa en imponerse, sino en ser justo. Además, insiste en que el perdón no se dice, se hace. Pronunciar la palabra «perdón» no tiene sentido si después se repite el mismo comportamiento. Lo importante, señala, es entender qué hemos hecho mal y pensar qué haremos diferente la próxima vez. Otro error habitual de los padres, añade, es impacientarse cuando el niño se resiste a disculparse. «A veces no quiere pedir perdón porque está alterado y no comprende bien lo ocurrido», apunta el psicólogo. En esos casos, conviene dejar pasar un tiempo, permitir que se calme y procese lo sucedido. De ese modo, la disculpa, aunque llegue más tarde, será más sincera y tendrá un sentido real.