La capilla de San Francisco de Utrera, donde tiene su sede la hermandad de la Vera-Cruz y el Santo Entierro, ha sido el escenario de un precioso acto que ha dejado imágenes muy emotivas. Ha sido una cita que se ha celebrado con la organización conjunta de la corporación religiosa y la delegación local de la ONCE , y gracias a la cual las personas invidentes han podido sentir con sus manos la fuerza de una de las imágenes titulares de la hermandad, que procesiona cada Sábado Santo. La protagonista ha sido la imagen del Santísimo Cristo Yacente , que cada Sábado Santo recorre las calles de Utrera en el paso de la urna, en la procesión del Santo Entierro. Una imagen que se ha colocado en el centro del altar de la iglesia, lugar por el que han podido pasar invidentes de Utrera y de poblaciones del entorno para recorrer suavemente con sus manos la escultura. Iban acompañados por miembros de la hermandad y las camareras del Cristo, que al tiempo que los invidentes palpaban el torso, las piernas, las manos o el rostro del Señor, les iban explicando qué es lo que estaban tocando. Ha sido un acto de una carga emocional muy intensa, hasta el punto de que varias de las personas que han tenido la oportunidad de participar lo han hecho con lágrimas en el rostro. Ha sido una forma muy especial de entrar en contacto con esta imagen, que ocupa un lugar muy importante para los devotos de la hermandad. El hermano mayor de la hermandad de la Vera Cruz y el Santo Entierro , José María Gálvez, quiso «dar gracias la ONCE, porque desde el primer encuentro que tuvimos nos recibieron con los brazos abiertos. Espero que no sea la última vez que tengamos un encuentro de este tipo». De esta manera, los invidentes que han acudido a esta iniciativa han vivido un instante muy íntimo con esta imagen, pudiendo recorrer sus llagas, la herida que le provocó la lanza con la que Longinos acabó con la vida de Cristo, así como todo el cuerpo de un Cristo Yacente que como dijo el director espiritual de la cofradía, José Diego Román «vais a poder palpar y tocar a un Cristo muerto, pero que está muy vivo en vuestros corazones. Hoy vivimos un acto muy simbólico, porque Jesucristo siempre quiso tocar a las personas que eran importantes para él, lo mismo que vais a poder hacer todos vosotros». La imagen que ha protagonizado este acto, el Santísimo Cristo Yacente es obra del imaginero Moronense Manuel Martín Nieto del año 2003 .