Son las seis de la tarde, queda una hora para que empiece el concierto de Orbit Culture, un grupo sueco de death metal, y la cola en la sala Bataclan da casi la vuelta a la manzana. Hay grupos de amigos, gente sola e incluso un par de parejas con niños. Diez años después de los mayores ataques terroristas que ha vivido Francia, que dejaron 130 muertos, 90 de ellos en el interior de la sala, en la fila del Bataclan ya no hay miedo. Como explica Theo, que es asiduo y ha seguido acudiendo a conciertos a pesar del trauma tras los atentados: “No haber vuelto es permitir que triunfe el miedo y ganen ellos”. Seguir leyendo