La nueva tasa de recogida y gestión de residuos aprobada por los ayuntamientos españoles este año muestra un mapa desigual hasta extremos difícilmente justificables, con desemejanzas en la factura de los contribuyentes que alcanzan los 230 euros entre unas capitales de provincia y otras. Mientras que la cuota para un hogar tipo del país se sitúa en los 287,5 euros anuales en Valencia, en Toledo cae a los 56,9 euros, una brecha que ilustra el desconcierto generado por el nuevo gravamen. Las cifras se extraen del Observatorio de la fiscalidad de los residuos de la Fundación ENT, una entidad que la Asociación Nacional de Inspectores de la Hacienda Pública Local considera como voz autorizada en la materia. Seguir leyendo