Las recientes declaraciones a TASS del ministro ruso de exteriores, Serguei Lavrov, sobre su disposición a reunirse con el secretario de estado norteamericano, Marco Rubio, para hablar sobre Ucrania no son banales. Con ellas, Lavrov trata de recomponer su propia figura, que quedó internamente dañada tras la suspensión de la cumbre Trump-Putin, que iba a celebrarse en Budapest. Asimismo, intenta ganar tiempo para, por un lado, consolidar las posiciones rusas en el frente y, por el otro, hurgar en la «fatiga» que el alargamiento de la guerra está produciendo en los apoyos occidentales a Kiev. Tal mantón político no puede ocultar que las tropas rusas conservan la iniciativa en el teatro ucraniano. Por el aire, están acelerando su campaña de... Ver Más