Feijóo designa a Pérez Llorca pese a sus recelos mientras Mazón elude (de nuevo) dar explicaciones sobre el 29-0

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Alberto Núñez Feijóo ha tardado más de una semana en decidir el nombre del sustituto de Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana. Finalmente será Juanfran Pérez Llorca, actual portavoz en Les Corts y secretario general de los populares valencianos. Un hombre cercano a Mazón, que ha actuado como escudo del president, defendiendo cada decisión y cuestionando lo que considera un uso político de la tragedia por parte de la izquierda, curtido en las negociaciones con Vox y que cuenta con apoyo del PPCV. Sin embargo, no es la persona a la que Feijóo hubiera situado de primeras, ya que prefería que fuera la alcaldesa de València, María José Catalá, la cara visible del Consell. Las dudas de Catalá sobre si dar ese paso de manera tan abrupta, su situación personal con dos niños pequeños y el coste que puede suponer al dejar la alcaldía, han llevado a Génova a aceptar a Pérez Llorca como presidente transitorio. Pero lo cierto es que a Feijóo no le gustó la operación que auspició el secretario general del PP —con permiso de Mazón— para postular al presidente de la diputación de Valencia, Vicent Mompó, como candidato frente a Catalá solo unos días antes de que Mazón anunciara su dimisión.Sucedió el viernes 31 de octubre, cuando Pérez Llorca reunió en Benidorm a los tres presidentes de las diputaciones de València, Castelló y Alicante: el citado Vicente Mompó, Marta Barrachina y Toni Pérez. Un encuentro del que no se informó a la dirección del PP nacional ni tampoco a Catalá, que estaba de viaje oficial en Nueva York. Tampoco a Esteban González Pons, lugarteniente de Feijóo y actual portavoz del PP en el Parlamento Europeo. Un encuentro que después trataron de enmarcar dentro de la "normalidad".Un movimiento con el que, según las fuentes consultadas por infoLibre en el PP valenciano,  Mazón buscaba anticiparse a Génova para imponer los términos de su salida como parte de la negociación con el número dos de Feijóo, Miguel Tellado. Sin embargo, en la dirección del partido consideran que solo ha servido para "quemar" la imagen de Mompó antes de tiempo. La disputa de fondo esconde una pugna entre las distintas familias del PP valenciano para hacerse con el poder orgánico del partido. Un melón que, por el momento, Génova no quiere abrir hasta que no se resuelva el de la Generalitat.Así, para Feijóo, Pérez Llorca es una solución temporal hasta la celebración de las próximas elecciones autonómicas, previstas para 2027. Pero el síndic deberá negociar antes su apoyo con Vox, que ya ha avanzado que no se lo pondrá fácil. Y la extrema derecha es imprescindible para que la operación salga adelante, ya que lo que más teme ahora Feijóo es un adelanto electoral que arruine las expectativas del PP en otras autonomías e influya negativamente en el nuevo ciclo electoral que quieren abrir con las elecciones extremeñas, previstas para el próximo 21 de diciembre.Lo cierto es que la dimisión de Mazón pilló a Génova sin los deberes hechos. Y solo así se entiende la tardanza en nombrar a su sustituto, la ausencia de conversaciones previas con Vox y la improvisación de los últimos días. El propio Pérez Llorca reconoció incluso en rueda de prensa el lunes que nadie de Génova le había llamado para ofrecerle ser el sucesor de Mazón. Y que, si se lo ofrecían, se lo pensaría, ya que hace solo unos meses aseguró que esa decisión le competía a los militantes del PPCV, no a Feijóo.La reflexión le duró poco. Tras confirmar su nombre desde Génova, Pérez Llorca agradeció a Feijóo en redes su "confianza": "Acepto el reto de lograr una mayoría con el foco puesto en la recuperación y reconstrucción de la Comunitat Valenciana. Se abre ahora un periodo de diálogo que afrontaremos con seriedad, rigor y siempre priorizando las necesidades de los valencianos", escribió en X. Para Mazón se trata de un "extraordinario candidato", según declaró al salir del Palau, mientras que a juicio de la vicepresidenta y portavoz del Consell, Susana Camarero, es la "persona idónea" para hacerse con el cargo. Ahora Pérez Llorca deberá tratar de convencer a Vox, que ya ha dejado meridianamente claro que no le importa el quién sino el qué. “Vox no entra en decidir al candidato: nuestra única preocupación es negociar directamente con la persona que designe el PP, porque será esa la persona que deba comprometerse y cumplir con todos los acuerdos que alcance con Vox”, aseguró este martes el secretario general del partido y uno de los hombres encargados de negociar, Ignacio Garriga. “Veremos en los próximos días las conversaciones y negociaciones que abriremos con el PP", añadió.Unas negociaciones que preocupan no solo a Génova y al PP valenciano, sino también a los barones autonómicos, que temen las posibles consecuencias de ceder ante los de Santiago Abascal para la ‘marca PP’ en sus respectivos territorios.  La extrema derecha quiere que los conservadores asuman sus postulados racistas y antiecologistas. Y todos saben que ese será el precio a pagar si no alcanzan una mayoría suficiente por sí solos.El anuncio sobre el sustituto de Mazón se ha produjo, además, solo unas horas antes de que el jefe del Consell en funciones compareciera en la comisión de investigación de Les Corts. Aunque Mazón fue a petición propia, el formato le beneficiaba ya que a diferencia de otras comisiones en la que cada pregunta debe ir acompañada de una respuesta por parte del interviniente, en este caso los portavoces tenían un turno de cinco minutos en el que condensaban todas sus preguntas y, cuando todos terminaban, Mazón respondía. Eso le permitió librarse de responder preguntas incómodas por parte de Compromís y el PSPV.Mazón volvió a recurrir al mismo argumentario falso que ha empleado en este último año: acusó al Gobierno de Pedro Sánchez y a las agencias estatales de la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar de falta de información. Y lo hizo en un discurso que ya tenía escrito previamente, pese a que nada más comenzar su intervención aseguró que iba a "tratar de responder" a todas las preguntas de los portavoces. No fue así. Evitó aclarar si conocía la magnitud de la tragedia las horas que estuvo en El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana y de qué habló con la exconsellera Salomé Pradas.Tampoco respondió sobre por qué no llegó a llamar al alcalde de Utiel aunque, según las últimas informaciones, pidió su teléfono a Vicent Mompó, qué quería decir cuando le comentó a la periodista Maribel Vilaplana que le estaban llamando para "hacerse la foto", por qué no quiere comparecer ante la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, y por qué no se marchó antes del restaurante tras conocer lo que estaba sucediendo fuera. "Con lo que sabemos ahora, la comida no se habría producido", fue lo único que dijo, si bien recalcó que él no tenía la "responsabilidad operativa" sobre el Cecopi el 29 de octubre de 2024.Lo que sí quiso remarcar el todavía president de la Generalitat es que no retrasó el envío del SMS ES-Alert el día de la dana ni nadie le "pidió permiso" para enviarlo. "Nadie en su sano juicio puede pensar que la gestión de una emergencia dirigida por mandos operativos con más de 30 años de experiencia puede depender de si yo realizaba llamadas desde mi despacho, desde un restaurante, desde la calle o desde la India", dijo. Mazón se presentó, de nuevo, como una víctima, la única que ha "asumido responsabilidades", dijo, aunque evitó aclarar por qué continuará como diputado autonómico —y, por tanto, aforado— si la investidura de Pérez Llorca sale adelante.