Jonos Makaika, un agricultor de 37 años de la aldea de Chilambe, en el distrito de Zomba, en el sur de Malaui, veía cómo sus cosechas se reducían año tras año. “Las lluvias son cada vez más escasas y, como consecuencia, el rendimiento de mis cultivos era cada vez más pobre”, dice este padre de cuatro hijos. Sin embargo, un sistema de riego alimentado con energía solar cambió su vida.Seguir leyendo