Tres paradas gastronómicas en Montellano para saborear la Sierra Sur de Sevilla

Wait 5 sec.

Nos escapamos hasta la Sierra Sur de Sevilla, concretamente a Montellano , una localidad que combina senderos, naturaleza y un casco urbano coronado por el Castillo de Cote, Bien de Interés Cultural del siglo XIII. Tras caminar por la Sierra de San Pablo o recorrer sus calles, la mejor manera de rematar la visita es sentarse a comer en alguno de los negocios que mantienen viva la gastronomía de la zona. Montellano guarda auténticos tesoros para el comensal, desde cocina tradicional en clave serrana hasta casas de comidas que aún trabajan el producto de temporada como se ha hecho siempre. Aquí van tres paradas clave para saborear el pueblo como se merece. El recorrido empieza en plena plaza de Andalucía, donde Restaurante Deli lleva encendiendo sus fogones desde 1965, aunque su historia familiar se remonta a mediados del siglo XIX. Es el único de Montellano con Bib Gourmand de la Guía Michelin , un reconocimiento que premia su defensa de la cocina tradicional y de los sabores propios de la Sierra Sur. Su carta cambia al ritmo de la temporada y del campo: espárragos, tagarninas, setas, perdiz o cabrito son habituales cuando el clima lo permite, y siempre tratados con sencillez y respeto. Destacan platos como el arroz con perdiz, las tagarninas en distintas preparaciones, los caracoles de primavera o los asados de cochinillo y cabrito. La bodega , sin ser extensa, apuesta con claridad por los vinos de Jerez y por referencias andaluzas. Un clásico de Montellano donde tradición y territorio se dan la mano. Si preguntas en Montellano dónde comer bien, más de un vecino te enviará directo a Cervecería Huerta , un local de la calle Carlos III que lleva más de una década ofreciendo cocina casera sin complicaciones, siempre con cariño especial por los productos de la zona: espárragos, tagarninas y potajes de los de toda la vida. Tiene una de las cartas más amplias del municipio , con casi 40 tapas que van desde la ensaladilla o las alcachofas rellenas hasta boquerones, chocos, croquetas, carrillada o bacalao con tomate. También trabajan carnes ibéricas, pescados y una selección de arroces —de perdiz, de carrillada, de habas o de zorzal— que son ya marca de la casa. El ambiente es familiar, con terraza todo el año y un interior que ronda los 50 comensales. La carta de vinos incluye una veintena de referencias y los postres caseros —tarta de queso, mousse de limón, arroz con leche o natillas— cierran las comidas con el mismo espíritu casero que el resto. Con más de cuatro décadas de historia, la Venta El Potaje es de esos lugares que forman parte de la memoria gastronómica de la zona. Ubicada en la carretera de Coripe, ha ido creciendo hasta convertirse en una parada imprescindible para quienes recorren Montellano o los alrededores de la Sierra Sur. La carta es amplia y combina clásicos de venta con sugerencias semanales que dependen del mercado y del campo. Entre sus imprescindibles destacan el potaje de la casa, los arroces con conejo o perdiz , el revuelto campero y las carnes al horno de leña , desde el chuletón hasta el cordero o el jabalí. En pescados trabajan dorada, pez espada, lenguado, salmón o puntillitas, además del producto frito más identitario de la zona. Los postres caseros —flan de café, arroz con leche, tarta de turrón, leche frita o tocino de cielo— hacen que la sobremesa se alargue sin culpa. El local cuenta con terraza, bar, salón principal y barbacoas encendidas todos los días, lo que le da un ambiente vivo y rústico. Con más de 40 mesas y aparcamiento amplio, es un punto de encuentro para vecinos, familias y visitantes que buscan comer abundante y bien. Para los indecisos, el mítico «Pijama» permite probar un poco de todo.