La rotura del cordón sanitario del PP con la ultraderecha abre una nueva etapa de derechización en la UE

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Tras rebasar la línea roja de un acuerdo de voto con la ultraderecha, los populares europeos van a tener más facilidades para romper con los avances de la agenda verde que se consiguieron en la anterior legislatura e impulsar una política migratoria más duraEl PP se alía en Europa con la ultraderecha a favor del negacionismo climático Finalmente, la ultraderecha ha conseguido abrir una nueva etapa en las instituciones europeas. La legislatura europea se puso en marcha con una grieta que podría poner en peligro la estabilidad institucional. La coalición gobernada por conservadores, socialistas y liberales ha tenido más de una crisis ante la debilidad de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, por pactar con la ultraderecha en cuestiones migratorias y de la agenda verde. Este jueves, tras la unión del voto del Partido Popular Europeo (PPE) con las formaciones europeas de ultraderecha que se reparten en tres grupos (Patriots, ECR y ESN) para aprobar una ley con menores exigencias medioambientales para las empresas se ha consumado la fractura. “Aliarse con la extrema derecha es una señal de que el centro proeuropeo está perdiendo confianza en su propio proyecto, y las consecuencias para los objetivos climáticos y el liderazgo económico de Europa se sentirán durante años”, apunta Tsvetelina Kuzmanova, del Instituto de Liderazgo en Sostenibilidad de la Universidad de Cambridge. Tras la votación, los grupos ultras asumieron la situación como un momento de cambio que podría conformar “una nueva mayoría alternativa” en Europa. El líder de Vox en el grupo Patriots del Parlamento Europeo, subrayó tras la votación que “la existencia de una mayoría alternativa que desafía por primera vez el consenso verde izquierdista. Esta no es solo una victoria puntual; es una demostración de que la mayoría alternativa ya está funcionando y de que las políticas patriotas están marcando el rumbo en Bruselas”. La diputada de La Izquierda, Lynn Boylan, ha explicado que se “ilustra la voluntad del PPE de abandonar a sus aliados centristas tradicionales y seguir adelante con el apoyo de grupos de extrema derecha para aprobar su agenda de desregulación, sentando un precedente para la futura legislación en el Parlamento durante el resto del mandato”. Esta es la primera vez que una mayoría parlamentaria conformada con los conservadores y la extrema derecha ha votado junta para adoptar un expediente legislativo. Hasta ahora, el PPE solo había coincidido con los ultras en las votaciones de algunas resoluciones no vinculantes y con escaso impacto político. Aunque no se espera que haya un cambio en la conformación de la Comisión Europea, donde gobierna una alianza de conservadores, socialistas y liberales, la rotura de esta línea roja va a servir a los populares para romper con los avances de la agenda verde que se consiguieron en la anterior legislatura e impulsar una política migratoria más dura. El eurodiputado socialista René Repasi apuntó que “es un día negro para la democracia europea. Estamos caminando dormidos hacia la ruptura de un tabú, cuyas consecuencias son impredecibles”. Alberto Alemanno, profesor Jean Monnet de Derecho de la UE, explica que “la votación del Parlamento Europeo sobre la Directiva de Simplificación Omnibus redefine la mayoría política que gobernará Europa desde ahora hasta 2029. A partir de este día, la mayoría política de Von der Leyen será solo la derecha y la extrema derecha, con repercusiones devastadoras para la economía, la sociedad y las bases democráticas de la UE, permitiendo a la administración estadounidense intensificar su influencia sobre la UE”. Otro de los grupos de ultraderecha como ECR, donde se encuentra Fratelli d'Italia, la formación de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha resaltado que “esta votación demuestra que es posible una nueva mayoría en Europa, una que prioriza la competitividad, la claridad legal y el espacio para la innovación”. El copresidente del Grupo ECR en la Eurocámara, Nicola Procaccini, alabó las coincidencias ideológicas del discurso de Von der Leyen en el Parlamento. “Durante años, desde estos escaños, el ECR ha advertido que la Unión se estaba estrangulando, impulsada por un impulso pseudoambientalista autodestructivo. Nos llamaron anti-europeos, nos dijeron que nos faltaba ambición. Hoy, incluso el Consejo está pidiendo una transición 'pragmática' y 'rentable'. Más vale tarde que nunca”. Martin Schirdewan, copresidente del grupo La Izquierda avisó de que “la coalición Von der Leyen es historia. El PPE ya no tiene un 'muro de contención' hacia la derecha: Votó junto con los tres grupos de derecha, comenzando así a deshacer decisiones centrales de la última legislatura”. Un mensaje que los conservadores tratan de anular. El presidente de los Populares Europeos en la Eurocámara, Manfred Weber, ha tratado de restar importancia al incumplimiento de su promesa de que sería una línea roja pactar con la ultraderecha, como le recordaron los socialistas cuando sacaron un vídeo suyo alegando que no llegarían a ningún acuerdo con las fuerzas antieuropeistas. Weber ha argumentado que se ha cumplido una promesa electoral para desmantelar la burocracia. “Nuestras propuestas para aliviar la carga de las pequeñas y medianas empresas han obtenido una clara mayoría en el Parlamento Europeo. Los votos de la AfD no fueron decisivos en este caso”. Los ultraderechistas alemanes de AfD pertenecen al grupo Europa de las Naciones Soberanas (ESN), que votaron junto al PPE.  La eurodiputada Pascale Piera, del grupo ultra Patriots, aseguró: “Por supuesto, hemos estado en contacto con el PPE. Nos han llamado todos los días para asegurarse de que votaríamos por las enmiendas, y por supuesto, íbamos a votarlas ya que eran nuestras. Así que reclamamos esta victoria”.