Iván Espinosa es un tipo tranquilo, técnico y con mucha visión del sector del automóvil. El mejicano ascendió a la presidencia y dirección general de Nissan tras la salida de Makoto Uchida, tras el fallido intento de fusión con Honda, y afronta una situación de crisis financiera sin precedentes para la compañía. No obstante, Espinosa ha iniciado un plan de reestructuración, recuperación de activos y contención de costes que la pasada semana culminó con la venta del edificio de la sede central de la compañía en Yokohama (Japón). Seguir leyendo....