Netflix, Google o Steam funcionan mejor o peor en función de la operadora que tengas. Nadie se salva del peering

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Cuando un usuario contrata un plan de fibra óptica, el primer número que mira es la velocidad nominal: 300, 600 o 1.000 Mbps. Se asume que, a mayor cifra, mejor será la experiencia en streaming, juego online o descarga. Sin embargo, existe una variable fundamental, un verdadero caballo de batalla estratégico entre gigantes tecnológicos y operadoras, que determina la calidad real de tu conexión: el peering.Este concepto, poco conocido fuera de los círculos de ingeniería de redes, es lo que decide si esa película en Netflix carga al instante o sufre buffering, o si en un videojuego online tienes ventaja o te ralentiza el lag. En la práctica, un buen acuerdo de peering puede lograr que una conexión de fibra "normal" ofrezca una experiencia sensiblemente mejor que otra supuestamente más rápida, pero mal conectada.El intercambio estratégico Internet, en su esencia, no es más que una red de redes. Cada proveedor de servicios (ISP), como Telefónica, Orange o Vodafone, gestiona su propio sistema autónomo, o ASN, que es como su propia parcela dentro de la autopista global de datos. Para que tú, como cliente de Vodafone, puedas ver un vídeo alojado en los servidores de Netflix (que opera su propio ASN), el tráfico debe viajar de una red a otra.El objetivo es que los datos viajen de la forma más eficiente posible. Lo ideal es que la ruta sea corta y directa, lo que se traduce en una baja latencia (el tiempo de respuesta) y menos riesgo de congestión. Cuando el camino es indirecto, los datos tienen que pasar por redes de terceros, lo que aumenta los "saltos", el tiempo de espera y el riesgo de microcortes o inestabilidad. Esta es la función de los Puntos Neutros de Intercambio de Tráfico (IXPs), como Espanix o DE-CIX, que actúan como grandes rotondas donde las redes se conectan. En Xataka Móvil La incómoda verdad de la fibra: la velocidad que nos promete el operador nunca se puede mantener El peering es precisamente el acuerdo técnico y económico entre dos redes autónomas (por ejemplo, el ISP y Netflix) para intercambiar tráfico de forma directa y mutua, evitando intermediarios. Es una decisión estratégica que se puede clasificar en dos modelos principales:Peering Gratuito: es el escenario ideal. Ambas redes acuerdan intercambiar tráfico sin coste alguno. Esto suele ocurrir cuando el intercambio es equilibrado y mutuamente beneficioso. Los operadores de menor tamaño o las redes de distribución de contenido (CDNs) a menudo buscan este modelo para reducir sus costes de tránsito.Peering de Pago: aquí, una de las partes paga a la otra por la conexión directa. Esto suele ocurrir cuando el tráfico está desequilibrado, es decir, cuando una red envía mucho más tráfico a la otra que al revés.El caso más famoso fue la disputa de Netflix con Comcast y Verizon en EEUU (2013-2014). Los operadores exigieron que Netflix pagara por la interconexión directa, argumentando que el altísimo volumen de datos que enviaban sus vídeos estaba saturando sus redes. Netflix, por su parte, defendía que el coste debía ser asumido por el ISP, ya que eran sus clientes quienes demandaban el contenido. Este pulso demuestra que el peering no es solo técnico, sino una negociación de poder y de costes.De Netflix a Steam: el impacto práctico en tu conexión {"videoId":"x814sj3","autoplay":true,"title":"Cómo mejorar la WiFi en casa", "tag":"wi-fi", "duration":"362"} El peering tiene un impacto directo en tres métricas cruciales para el usuario:Menor latencia y jitter. Al eliminar intermediarios y saltos de red, el tiempo de respuesta disminuye. Esto es vital para el gaming online (como en Steam, donde Valve gestiona su propia red), donde una latencia superior a 50 ms puede marcar la diferencia entre ganar o perder. Un operador sin peering directo con Valve podría añadir fácilmente 40 ms extra.Menos pérdida de paquetes. La conexión es más estable, lo que se traduce en menos buffering en el streaming y una mayor fluidez en la videollamada.Mejor tasa de carga. El contenido de las grandes plataformas llega más rápido. En Xataka Móvil Montarte tu propio operador de fibra no cuesta tanto. El reto es superar el efecto Digi El ejemplo más claro en España se vivió en 2015. Durante años, Telefónica se negó a realizar peering gratuito con Netflix, forzando una negociación de pago. Mientras tanto, competidores como Vodafone (entonces con Ono) y Orange (con Jazztel) sí acordaron interconexiones gratuitas. El resultado fue demoledor en el Netflix ISP Speed Index: mientras Movistar apenas superaba los 2,15 Mbps de promedio, sus rivales alcanzaban entre 4 y 4,15 Mbps. Esta presión pública y mediática fue la que finalmente obligó a Telefónica a firmar acuerdos con Netflix, mejorando drásticamente el rendimiento en toda la red nacional.La capa de distribución de contenidos (CDN): el complemento clave Los gigantes de Internet no se fían solo del peering directo. Para asegurar la calidad, utilizan Redes de Distribución de Contenidos (CDNs). Una CDN almacena copias de los datos más demandados en servidores ubicados lo más cerca posible del usuario final.Netflix utiliza su propia CDN, llamada Open Connect. Bajo este acuerdo, Netflix instala físicamente sus servidores dentro de la infraestructura del operador.Google/YouTube hace algo similar con su CDN interna. En Xataka Móvil Las grandes teleco europeas sufren otro revés: un nuevo reglamento obligará a que haya más competencia en fibra local Esta estrategia es fundamental: un gigabit que entra en la CDN de un operador puede traducirse en hasta 6 gigabits servidos a los usuarios finales, según informes de la CNMC. Los operadores que colaboran estrechamente con estas CDNs y tienen acuerdos de peering robustos ofrecen, sin duda, la mejor experiencia, pues la latencia se reduce al mínimo posible.Opacidad y estrategia competitiva Lo curioso del peering es su opacidad. Estos acuerdos se negocian en privado y son un arma estratégica de competencia. Un operador con buen peering puede promocionar una mejor calidad de servicio, sin necesidad de aumentar la velocidad nominal contratada. Sin embargo, esta falta de transparencia dificulta a los organismos reguladores evaluar posibles prácticas discriminatorias.En Europa, el Reglamento de Neutralidad de la Red exige transparencia en la gestión del tráfico, pero no obliga a publicar los acuerdos de peering. Esta opacidad impide al usuario saber con certeza si la lentitud de su juego se debe a su conexión de 600 Mbps o al acuerdo de peering de su operadora con Valve. Las herramientas como PeeringDB o los análisis de traceroute son los únicos métodos indirectos que permiten a los expertos rastrear estas conexiones invisibles y confirmar que, aunque no lo veamos, el peering es un factor tan decisivo en el rendimiento de Internet como lo es el tipo de fibra que llega a nuestro hogar.En Xataka Móvil | Preguntas y respuestas sobre instalación de fibra. (function() { window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {}; var headElement = document.getElementsByTagName('head')[0]; if (_JS_MODULES.instagram) { var instagramScript = document.createElement('script'); instagramScript.src = 'https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js'; instagramScript.async = true; instagramScript.defer = true; headElement.appendChild(instagramScript); } })(); - La noticia Netflix, Google o Steam funcionan mejor o peor en función de la operadora que tengas. Nadie se salva del peering fue publicada originalmente en Xataka Móvil por plokiko .