Apple ya no lidera la tecnología: su verdadero motor es la avaricia disfrazada de márketing

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Está recibiendo muchas loas este análisis de Greg de Apple Explained donde habla de que «la avaricia de Apple al final se les ha vuelto en contra», un título que ni siquiera condensa la cantidad de problemas a los que se enfrenta la empresa en la actualidad. Así que he de concordar fuertemente con él.El principal problema es que, tal y como explica, Apple parece haber pasado de ser una empresa de ingeniería tecnológica a una de ingeniería de sus finanzas, y ojo que estoy evitando el manido y despectivo ingeniería financiera a propósito*. Ya no es la compañía más valiosa del mundo (la primera es Nvidia, seguida de Microsoft) y tampoco es la que tiene la mejor tecnología… Así que difícilmente va a tener los mejores productos.Esta degradación de sus productos parece haber coincidido con los últimos grandes productos de la era Steve Jobs: los iMac, iPod, iPhone y iPad. Desde entonces, cuesta abajo. Jobs era un marketroide y despreciaba algunos aspectos financieros y accionariales; pasó 17 años sin repartir dividendos a los accionistas, concentrándose en lo que durante la época de las puntocom se denominaba «crecer creando valor» (muchas otras compañías hicieron lo mismo).En la era de Tim Cook las finanzas de Apple cambiaron: hubo dividendos, recompras de acciones y un mayor control de los costes. Esto no siempre ayudaba a contar con un mejor equipo de tecnología ni a crear mejores productos; básicamente muchos de los aparatos de la compañía… se estancaron.Es un hecho cierto que desde el iPhone 4 al 8 poca novedad hubo (mejoras de algunos detalles, el Touch ID y poco más) y sólo con el iPhone X se arriesgó algo más. Pero vamos ya por el iPhone 16, casi 17, y el móvil inteligente de Apple sigue siendo más de lo mismo (incluyendo limitaciones absurdas que sólo están disponibles en los nuevos modelos por razones oscuras). Los iPhone ya los mandas a reciclar cuando se te rompen o no merece la pena repararlos, pero básicamente parecen todos iguales; no hay un aumento espectacular de prestaciones en las cámaras, ni en su capacidad ni en su interfaz, de esos que digas «esto hay que tenerlo para estar a la última».Lo peor es que con Tim Cook esto llevó a una extraña hiperinflación de los precios: aunque el mejor modelo de iPhone costaba unos 650 dólares cada año hasta 2017, desde entonces se ha pasado a los 1.000 y 1.200 dólares como por arte de magia, con el superlativo cambio a euros incluido. Y a todo esto hay que sumar una dependencia y un bombardeo de servicios extra que probablemente deberían ser menos «vitales» y más opcionales (iCloud, Apple Music…) Por no hablar de la cerrazón de la tienda y de otros asuntos turbios.Los únicos intentos de innovación más recientes han sido el visor Apple Vision Pro (fracaso anunciado y comercial) y Siri, una IA que fue un buen intento pero que por falta de inversión se ha quedado obsoleta ante ChatGPT, Google Assistant y otras. Ahora parece tontica, la pobre. Dicen los ingenieros de Apple que es que los financieros no les dejan invertir lo suficiente en chips para IA. Los anuncios de nuevas versiones de una «Siri mejorada» son risibles, y llevan un retraso que hay quien ha situado en 2027 como el momento en que se pueda ver algo comercialmente viable.Parece claro que la prioridad de Apple ya no es, como en los tiempos de Woz y Jobs, crear «magia» con la mejor y más innovadora tecnología posible (o inventada), sino más bien exprimir la vaca lechera recurriendo a retrasos, promesas incumplidas e incluso demandas por publicidad engañosa (la «Siri avanzada» que no existe) o por las terceras partes que se consideran perjudicadas por prácticas anticompetitivas.Apple, que antaño humillaba a Microsoft con productos brillantes, hoy se arrastra detrás de Nvidia y Google mientras vende refritos a precio del oro, que espantan hasta a sus propios fans. El mismo imperio que convirtió el iPod en religión ahora cobra más de 1.200 dólares por un iPhone similar al de hace seis años. Presumían de «pensar diferente» pero se han convertido en lo que más despreciaban: una máquina de ingeniería financiera sin alma ni ideas. Habrá que ver si son capaces de ver el problema y quién es el que coge el toro por los cuernos para darle la vuelta a esto._____* Que de «ingeniería y optimización fiscal» también saben; son uno de los casos más estudiados del mundo por cómo sus técnicas han ido aprovechando agresivamente todos los vacíos legales: desde las filiales de Irlanda al uso del doble irlandés con sándwich holandés (hasta 2020, que se eliminó) o a de beneficios e intereses a jurisdicciones de baja tributación consideradas paraísos fiscales, las más remotas y favorables.# Enlace Permanente