Sinner y el calor que abrasa al tenis: "Si la temperatura sube, es como el motor de un coche. Dejas de funcionar"

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Tras mandar la bola a la red por una doble falta, Jannik Sinner se va a la silla cabizbajo. Pensativo. Agotado. Va 0-5 abajo en el marcador, mientras en la Lindner Family Tennis Center el calor acecha: el termómetro supera los 32 grados de temperatura y la humedad empapa la camiseta del italiano. Se echa las manos a la cara. Pide la asistencia médica y -sin contemplar ninguna otra opción- se retira. No tengo energía. Lo siento, vocea el número uno del mundo a los doctores, antes del cambio de lado.Seguir leyendo....