Desde Vega de Espinareda (León), el ingeniero informático Iván Pérez llegó a Madrid en 1999 para afincarse en Malasaña y ponerse a trabajar en la multinacional Indra en el departamento de 'Procesos Electorales'. Pero un buen día se compró un pequeño equipo de música, fantaseando con que en algún momento lograría escapar de su encorsetado trabajo de oficina. Iván había descubierto el rock underground cuando estudiaba COU en Ponferrada, «en un concierto de la mítica banda malasañera Sex Museum que abrió una puerta a un mundo nuevo para mí, que me atrapó completamente», recuerda. Y de alguna manera, sabía que acabaría dedicándose a algo que tuviera que ver con ese fascinante universo de guitarras, pelos largos y decibelios. Fue en 2005 cuando, tras haber viajado por primera vez a Estados Unidos para visitar a un viejo amigo de la infancia, descubrió las bicicletas chopper, que aún no habían llegado a España, y se lanzó a la aventura de alquilar una vetusta joyería de Malasaña para abrir lo que es hoy Chopper Monster (Corredera Alta de San Pablo, 21), que pronto se convertiría en lugar de reunión imprescindible para los rockeros de la capital. «Guardo muy buenos recuerdos del comienzo de la andadura de Chopper Monster. Malasaña no era ni por asomo nada parecido a lo que es hoy», asegura Iván dos décadas después. «Por aquel entonces en el barrio no se abrían tiendas, y salvo el Templo de Susu , la primera tienda de ropa de segunda mano del barrio, que todavía resiste, y la desparecida tienda de discos de sonidos jamaicanos Up-Beat, había muy poco comercio en el barrio. Aprovechamos casi todo el mobiliario de la joyería, y con la ayuda de amigos que vinieron a arrimar el hombro convertimos aquel viejo local en lo que es hoy Chopper Monster». Cuenta Iván que aquellos primeros días fueron «increíbles» para él. «Recuerdo especialmente como se paraban los abuelos del barrio a interesarse por lo que íbamos a montar, y cómo todos nos deseaban suerte y nos animaban. La verdad que hicimos muy buenos amigos entre ellos y Malasaña era mucho más humano de lo que es hoy en día». ¿Y qué es lo que hizo que su tienda fuera tan especial? Pues sencillamente, una fórmula insólita en Madrid. «Intento traer a Chopper Monster piezas especiales que difícilmente se puedan encontrar en otros lugares» , explica su propietario. «Encontrar tesoros relacionados con el rock'n'roll, el horror o la cultura 'kustom'. Eso me encanta, y creo que es lo que mejor se me da. Uno tiene buen gusto, qué le vamos a hacer». Veinte años después, Chopper Monster se ha convertido en algo mucho más que una tienda. Es un foco cultural que intenta recuperar el espíritu de la Malasaña de los 80 y 90, donde se pueden encontrar música, discos, libros, arte, ropa y cosas únicas que difícilmente se pueden encontrar en otros sitios, además de pinchadas en vinilo, showcases de música en directo, presentaciones o hasta grabación de podcasts. «En estos veinte años ha habido momentos increíbles y es difícil quedarse con uno», dice Iván. «Recuerdo con especial cariño las entrevistas que hicimos para nuestra web a Jorge Ilegal y a Alberto García-Alix, dos auténticos ídolos. Y también los mini-concierto acústicos de Revered Beat-Man y de Jorge Explosión». Es, en definitiva, un sitio de culto donde también surgieron proyectos locos como el Monster Pedal, un rally de bicicletas custom que reunía bicicletas espectaculares para rodar por el centro de Madrid, y que finalizaba en descacharrantes conciertos. Aunque cada vez es más difícil sostener negocios como el suyo en el centro de la capital, Iván asegura que «por suerte» tiene «una enorme clientela fija y muy fiel», y el hecho de «haber aparecido en prestigiosas guías de viajes como Lonely Planet» también le garantiza muchas visitas de turistas. «No sé si resistiremos otros veinte años -concluye-, pero aquí seguimos peleando como gatos panza arriba, defendiendo la cultura popular más subterránea, y nos queda cuerda para rato».