La muerte de un caballo indigna a vecinos de Chipiona, la localidad de la Costa Noroeste de Cádiz, donde el triste final del animal ha reavivado las críticas hacia la gestión municipal y, en particular, hacia la atención prestada al bienestar animal.Según denuncian numerosos ciudadanos, el caballo llevaba más de un año en situación de abandono sin que las delegaciones competentes intervinieran para garantizar su cuidado. La cuenta de Chipiona TV Rentel, muy activa en redes sociales, publicó mensajes en los que responsabiliza directamente a las autoridades locales de la pasividad mostrada.“Los vecinos de esta zona llevan un año denunciando el abandono de este animal sin actuar desde las delegaciones competentes, como es la delegación de Bienestar Animal y Alcaldía, un responsable público inexistente. Basta ya de pagar sueldos a concejales que ni están ni se les espera”, señala.La misma cuenta apuntaba también a los desencuentros políticos en el seno del gobierno local como causa de la falta de actuación: “Un equipo de gobierno que solo sabe echarse los balones de unos a otros, dos partidos en gobierno con malas relaciones (Unidos X Chipiona e Izquierda Unida) y que como consecuencia ocurren continuamente este tipo de desgracias”.Estas palabras han encontrado eco en muchos vecinos, que en redes sociales se han mostrado consternados por la muerte del caballo y por lo que consideran una desatención institucional prolongada en el tiempo.Enterrado el caballoHoras después del suceso, la misma cuenta volvió a pronunciarse publicando nuevas imágenes y asegurando que la solución adoptada por el Ayuntamiento fue enterrar al animal en el mismo lugar donde falleció. “Me he informado y eso está prohibido. El animal debe ser incinerado”, advertía en su mensaje. Esta afirmación ha intensificado aún más las críticas hacia el Consistorio.Hasta el momento, el Ayuntamiento de Chipiona no ha emitido ningún comunicado oficial ni ofrecido explicaciones sobre las circunstancias de la muerte del caballo ni sobre la gestión posterior del cadáver, lo que ha contribuido a aumentar el malestar vecinal.