Desprendimiento junto a una playa de Málaga: ¿es ahora más peligroso bañarse en zonas de acantilados?

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Un desprendimiento sorprendió ayer a los bañistas en la playa de Maro, en Nerja (Málaga). Aunque no hubo heridos, el fenómeno evidencia la fragilidad del entorno costero. ¿Hay algún tipo de relación con el cambio climático?Las playas de Nerja son bastante diversas y se pueden clasificar según su sustrato (el tipo de material que forma la superficie de la playa) en tres tipos principales: arenosas, de grava y rocosas. Ayer por la tarde, la playa de Maro en Nerja fue escenario de un impresionante desprendimiento de tierra y rocas de unos 30 metros desde acantilados cercanos a la Cascada Grande. El incidente tuvo lugar durante la tarde del domingo 27 de julio. Cuando una polvareda visible que generó el desprendimiento unido al ruido, puso en alerta a los bañistas. Por suerte, no hay que lamentar víctimas ni heridos pese al susto. Ahora es una zona asegurada y que se encuentra en estudio técnico para evitar futuros riesgos.Las causas del desprendimiento de Nerja El desprendimiento que ocurrió ayer en la playa de Maro, en Nerja, fue probablemente debido a una combinación de causas naturales, según las primeras observaciones técnicas y declaraciones de Protección Civil y expertos locales. Desprendimiento de rocas en una playa de Maro en Nerja. Según fuentes municipales consultadas por 101TV, no hay que lamentar daños personales ni materiales y todo ha quedado en un susto. Ha sido cerca de la gran cascada de Maro, conocida como la chorrera, ante cientos de pic.twitter.com/MnAo31pKeQ 101TV Málaga (@101tvMalaga) July 27, 2025 Aunque aún no hay un informe oficial sobre lo ocurrido, los factores más probables que causaron el desprendimiento fueron la erosión natural de los acantilados, los cambios recientes en la humedad del terreno y las altas temperaturas. Los acantilados de Maro están formados por materiales sedimentarios, como margas y calizas, que son susceptibles a la erosión provocada por el viento, la lluvia y el oleaje constante. Con el tiempo, esta erosión debilita la base del acantilado, generando desprendimientos.Artículo relacionadoMurcia está entre las ciudades más afectadas por el cambio climático: su temperatura ha subido 2 ºC en 5 añosEn las semanas previas hubo alguna lluvia aislada en la zona, que unido al calor intenso ha provocado la dilatación y contracción del terreno. Estas tensiones internas pueden causar grietas y favorecer que bloques sueltos se desplacen.Las altas temperaturas del verano deshidratan y agrietan el terreno, sobre todo en zonas expuestas al sol como los acantilados costeros. Esto reduce la cohesión del suelo y acelera procesos de fragmentación.¿Cómo afecta el cambio climático al retroceso de los acantilados?Los fenómenos meteorológicos extremos, generados por el cambio climático, cada vez más frecuentes están acelerando el retroceso de los acantilados costeros de forma significativa. Este fenómeno ocurre por una combinación de factores climáticos y dinámicas oceánicas que aumentan la erosión natural.El aumento del nivel del mar genera que más oleaje alcance la base de los acantilados, incluso en mareas normales. Esto provoca la erosión de la base rocosa o sedimentaria con mayor frecuencia y fuerza. Como resultado hay más inestabilidad del terreno y los colapsos se producen más a menudo. Las borrasca y tormentas más violentas provocan oleajes más altos y potentes, que impactan directamente contra los acantilados. A su vez, la infiltración de agua en grietas provoca erosión interna. #ÚltimaHoraAsí recogía un videoaficionado el derrumbe ocurrido hoy en la zona anexa a la playa de Argaga, en Valle Gran Rey (La Gomera). Los recursos de emergencia han sido movilizados. Ampliaremos la información. pic.twitter.com/3PU0YTHILs— RTVC (@RTVCes) November 14, 2020Un solo temporal puede causar el retroceso que antes tardaba décadas. Además, las lluvias intensas, seguidas de periodos secos, fracturan el sustrato por expansión y contracción.El clima más cálido y seco deteriora la vegetación que ayuda a retener el suelo y evitar deslizamientos. Al haber menos raíces, hay menos cohesión del terreno y mayor riesgo de colapso. En definitiva, si tenemos un clima cada vez más extremo, el riesgo de derrumbamientos aumenta, pero hay otro factor que entra en juego: el humano. La influencia del factor humano El impacto del ser humano tiene consecuencias notables en el medioambiente. En este caso, la construcción de edificios y viviendas en las zonas próximas a la costa es una de las causas que favorece al peligro de derrumbamiento de los acantilados. Además, elementos como pozos ciegos puede acelerar aún más este proceso.Los edificios y viviendas en las proximidades de los acantilados favorece de forma directa a los posibles desprendimientos. Asimismo, aunque no es una causa directa, en temporadas altas como julio, hay un notable tránsito de personas cerca de zonas frágiles (senderos o cuevas próximas), lo que puede generar pequeñas vibraciones que precipiten un desprendimiento ya inminente. Por último, es importante hacer caso a carteles e indicaciones de organismos oficiales en parajes en lo que el riesgo de colpaso sea alto.