A la hora de ponernos en forma, hay muchos mitos que se han extendido con el tiempo y que pueden entorpecer más que ayudar. Pero, ¿cómo saber qué es cierto y qué no? Sobre este tema ha hablado recientemente la reconocida nutricionista Crys Dyaz, conocida por compartir consejos sobre salud y ejercicio. En un fragmento del pódcast de ac2ality, la experta responde a varias creencias populares sobre nutrición y entrenamiento, aclarando cuáles son ciertas y cuáles no. El primero que aborda es uno muy habitual: «¿La fuerza es mejor que el cardio para adelgazar?». Crys explica que lo ideal es combinar ambos, pero que debe darse prioridad al entrenamiento de fuerza, ya que ayuda a mantener el músculo y mejora el metabolismo. Después le preguntan si las duchas o baños fríos aceleran la recuperación muscular. En este caso, la experta responde que sí, que es completamente cierto. El frío ayuda a reducir la inflamación y favorece la recuperación tras el esfuerzo físico. También desmonta la idea de que si no sudas no estás quemando grasa. Aclara que el sudor solo es una forma del cuerpo de regular la temperatura y no tiene relación directa con el gasto de grasa. En esa línea, explica que hacer abdominales no elimina la barriga: fortalece la zona, pero la grasa se quema a nivel general, no localizado. Respecto al miedo a hacer pesas por «ponerse muy grande», Crys lo considera un mito desfasado. Asegura que las pesas son fundamentales para ganar fuerza y salud, y que no hay que temer al volumen si se entrena con cabeza. Otro mito clásico es que hay que comer cinco veces al día para acelerar el metabolismo. Dyaz afirma que eso es falso y que lo más importante es adaptarse a las necesidades y objetivos de cada persona, comiendo cuando el cuerpo lo pida. También aclara que tener agujetas no es ni bueno ni malo: simplemente indica que se ha trabajado de forma diferente, ya sea por la intensidad o por el tipo de ejercicio realizado. No son necesarias para progresar, pero tampoco negativas. Sobre entrenar en ayunas, comenta que antes se pensaba que ayudaba a quemar más grasa, pero las evidencias actuales no lo confirman. Y, por último, niega que hombres y mujeres deban entrenar distinto: lo importante es personalizar el entrenamiento según cada cuerpo, no según el sexo.