Mi primer iPhone fue un 3GS y desde entonces me he cambiado de terminal cada dos años, salvo robo o pérdida. Spoiler: me han robado el móvil una vez y media (la media fue hace pocas semanas y conseguí recuperarlo), la primera fue en Barcelona allá por 2017, justo antes de irme de viaje a Grecia yo sola. Fue un drama porque llevaba todo en el teléfono, pero me apañé acudiendo a un locutorio para imprimir lo necesario, comprarme un Nokia para pasar el viaje y después, una cámara de usar y tirar para hacer algunas fotos. Sí, me fui de viaje y "sobreviví" con un feature phone de 40 euros.Cuento la anécdota porque soy una abuela cebolleta porque sentó las bases de algo que llegaría más tarde: dejar mi iPhone en casa en momentos clave de afluencia de gente, como los Sanfermines, los festivales y similares en favor de usar un móvil viejo. Hay muchos usos para darle una segunda vida a un teléfono antiguo antes de tirarlo o tenerlo criando polvo en un cajón, pero mi favorita es usarlo como móvil de batalla.Llevar un móvil de batalla a eventos multitudinarios es lo mejor que he hecho y no solo por evitar robosAdiós robos y otros disgustos. La primera consecuencia es clara: mi móvil es mucho menos suculento ante los amigos de lo ajeno. Pero también estoy mucho más tranquila si se me cae del bolsillo y se da un eventual golpe que raja la pantalla. O si me lo olvido encima de una mesa. Vaya por delante una obviedad: no me ha pasado y no quiero que suceda.Pero si pasase y me quedase sin móvil, el drama sería mucho menor a perder mi teléfono principal tanto por seguridad como por el valor material del terminal, ahora residual. Porque en este móvil tengo solo lo justo y necesario: antes de convertirlo en teléfono de batalla, lo restablecí de fábrica y le puse lo mínimo indispensable para tal fin: las redes sociales que uso, mi tarjeta para pagar, mi email con sus contactos y poco más. Sí, tendría que tomar medidas como bloquear mi tarjeta y cambiar contraseñas, pero por ejemplo no tengo todas mis fotos ni mis apps profesionales. {"videoId":"x804t43","autoplay":true,"title":"ONEPLUS 9 PRO, análisis: UN SÍ ROTUNDO", "tag":"", "duration":"752"} El terminal que me llevo es un OnePlus 9 de gama media alta con cuatro añitos a las espaldas del que me gustan muchas cosas, pero para este escenario de uso destaco dos: lo bien que ha envejecido gracias al poderío del Snapdragon 888 y su RAM y su carga rapidísima. Lo tengo listo en un suspiro y va moderadamente fluido, aunque ya no se actualiza. Para lo esencial cumple de sobra: mandar un WhatsApp, enviar mi ubicación, guiarme o una llamada, algo que probablemente también haría cualquier otro teléfono de gama media de los últimos cinco años. ¿Y las fotos y vídeos?No necesito tantas fotos y vídeos, prefiero vivirlo. Esta cuestión no es tanto técnica como sí personal: no me gusta ir a un concierto y que cuando la banda o la artista canta sus hits, la gente se levante y alce el móvil al cielo. No ves nada. Pero con un poco de vergüenza reconozco que yo también he sido de esas: vivir más para inmortalizar el momento que para para disfrutarlo. Fotos y vídeos que luego no vuelves a ver más. O para satisfacer ese lado de vanidad y voyeurismo que nos lleva a subir esas cosas a redes sociales.Sí, hago alguna que otra foto o vídeo y también las subo a las redes sociales, pero no va a pasar nada por subir menos contenido (no soy influencer) o porque el contenido tenga menos calidad que haciéndolo con un móvil de gama alta último modelo. Si buscase calidad por encima de todo, ni iría a Instagram ni usaría un móvil. Además y en honor a la industria móvil: la movilgrafía ha mejorado una barbaridad y hasta modelos modestos te hacen el apaño bajo ese prisma de satisfacer el "yo he estado allí".En cualquier caso, llevar un móvil viejo y moderadamente barato en el bolsillo también me disuade de sacarlo para hacer las mejores fotos y vídeos simple y llanamente porque técnicamente no voy a poder hacerlo. Así que por un lado tengo menos miedo a volver sin el móvil a casa y por otro, sé que lo voy a sacar menos y me voy a centrar en todo lo que sucede a mi alrededor.En Xataka Móvil | El Mad Cool y los móviles: por qué no puedes usar el teléfono y otra persona sí cuando ambos tenéis coberturaEn Xataka Móvil | Llevo casi todas las fiestas de San Fermín sin poder enviar ni un WhatsApp: no es la cobertura, sino la red. Así me he apañadoPortada | Montaje con fotos de Ricardo Aguilar (function() { window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {}; var headElement = document.getElementsByTagName('head')[0]; if (_JS_MODULES.instagram) { var instagramScript = document.createElement('script'); instagramScript.src = 'https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js'; instagramScript.async = true; instagramScript.defer = true; headElement.appendChild(instagramScript); } })(); - La noticia Hay quien va de festival con su iPhone. Yo saco del cajón mi móvil de batalla y no me arrepiento de nada fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Eva R. de Luis .