Helado contra Japón: la dulce arma secreta de la Segunda Guerra Mundial

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Fuente.Durante la Segunda Guerra Mundial, la Armada de los Estados Unidos puso en marcha una curiosa y poco conocida iniciativa: la creación de barcazas flotantes dedicadas a la producción de helado. A estas embarcaciones se las conocía oficialmente como “Barge, Refrigerated, Large” (BRL), y aunque su función principal era el almacenamiento de carne congelada, productos lácteos y vegetales, el uso más recordado —y simbólicamente poderoso— fue la elaboración y distribución de helado para las tropas estacionadas en el Pacífico. Estas barcazas eran construidas en hormigón, no tenían motor propio y eran remolcadas por otras embarcaciones. Tenían unos 80 metros de eslora y podían almacenar hasta 1.500 toneladas de productos congelados y otras 500 toneladas de productos refrigerados, manteniendo temperaturas de hasta -9 °C. Lo que las hacía especiales no era solo su tamaño ni su función logística, sino su capacidad para producir en masa uno de los mayores lujos para los soldados destinados en lugares remotos: helado. Una sola barcaza podía producir unos 38 litros cada siete minutos, alcanzando una producción cercana a los 2.000 galones al día, que se distribuían entre los buques de guerra que no disponían de sus propios sistemas de refrigeración o elaboración.El contexto histórico ayuda a entender por qué esta iniciativa tuvo tanta importancia. Tras la Prohibición y la desaparición del alcohol como forma de evasión, el helado se convirtió en un sustitutivo culturalmente aceptado, especialmente en la Marina. Era un pequeño lujo, una recompensa, una dosis de normalidad en medio de una guerra brutal. De hecho, hay episodios como el del USS Lexington que muestran hasta qué punto era valorado: cuando el barco fue torpedeado y los marinos sabían que debían evacuar, algunos se apresuraron a vaciar las cámaras frigoríficas de helado, lo sirvieron en sus propios cascos y se lo comieron justo antes de lanzarse al agua. Un último gesto de dulzura antes del caos. El gobierno de los Estados Unidos tomó esta demanda en serio. En 1944, se invirtió un millón de dólares por barcaza —equivalente a más de 17 millones actuales— para adquirir estas unidades al Ejército, reacondicionarlas e integrarlas como fábricas flotantes de helado. No era solo una medida de bienestar: tenía también un componente estratégico. A nivel simbólico, representaba una forma de superioridad logística frente al enemigo. Circularon testimonios que afirmaban que, cuando el ejército japonés tuvo conocimiento de estas barcazas, sintió que estaba combatiendo contra una potencia con tal abundancia de recursos que podía permitirse enviar helado a mitad del océano. En una guerra total, eso también era una forma de demostrar poder.El ingenio no se limitaba al mar. En tierra y aire también se improvisaban métodos. Algunas tripulaciones de bombarderos B-17, por ejemplo, aprovechaban el vuelo a gran altitud y el frío de la atmósfera para batir mezclas de helado en contenedores metálicos durante las misiones. Era un acto de inventiva que combinaba la rutina militar con una necesidad humana básica: el placer. Al final de la guerra, esta obsesión por el helado no desapareció. La industria láctea estadounidense, que había colaborado estrechamente con el esfuerzo bélico, se benefició del impulso. Existen incluso versiones que aseguran que Burt Baskin, cofundador de la famosa cadena Baskin-Robbins, comenzó a hacer helado durante su servicio militar en Vanuatu. La herencia de estas barcazas, por tanto, no fue solo emocional, sino también industrial y cultural.Lo que comenzó como una solución logística en mitad del Pacífico se convirtió en una herramienta de cohesión, una expresión de identidad y una muestra de la importancia de cuidar el ánimo de las tropas. En la guerra, incluso un postre puede marcar la diferencia. Las “ice cream barges” son un ejemplo brillante y casi surrealista de cómo la moral, la logística y el helado se mezclaron en uno de los conflictos más duros del siglo XX.____________________________________________________________________________________________   No olvides que puedes seguirnos en Facebook.The post Helado contra Japón: la dulce arma secreta de la Segunda Guerra Mundial appeared first on La piedra de Sísifo.