¿Por qué los gorriones están desapareciendo?: "Si les va mal, a nosotros nos va a ir igual"

Wait 5 sec.

Un baño de polvo para desparasitarse. Es lo que hace un ejemplar que acaba de llenarse de arena en el parque del Alamillo de Sevilla. Este pequeño pájaro adopta este curioso comportamiento que no pasa desapercibido a vista de cualquier ornitólogo. Ni de cualquier persona mínimamente observadora. Es un gorrión, un vecino del ser humano desde hace milenios. En el Neolítico, fue una de las primeras aves que se adaptó a convivir entre personas y, desde entonces, no se ha separado de ellas.Los “pipi”, como diría cualquier niño que escucha su canto, llenan de vida el cielo urbano. Sin embargo, existe un declive generalizado de esta especie, que experimenta un descenso poblacional notable. En Europa, en algunas ciudades como Praga o Londres, prácticamente ha desaparecido. Según recoge SEO Birdlife, Sociedad Española de Ornitología, el continente ha perdido el 60% de sus gorriones comunes en 30 años.En España, la población ha disminuido un 11% de media en la última década y el 31% en 10 años, es decir, unos treinta millones de ejemplares menos. “Aquí no está tan amenazado como en otros países, no está en peligro de extinción”, explica Juan José Negro, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana, Sevilla.Un gorrión en la ciudad.   JUAN JOSÉ NEGRO Apunta que los censos no soy muy precisos, y eso se debe a que “aunque hay menos, todavía hay muchos”. Lo que sí se percibe es su pérdida progresiva. El gorrión empieza a desaparecer por una serie de factores a los que este investigador ha dedicado sus pensamientos.¿Por qué desaparecen?Entre ellos, destaca la falta de alimento. El gorrión es granívoro y, “ya no hay tanto grano disponible, no hay caballerías o burros en pueblos y ciudades”. Además, en el medio urbano conviven con otras especies. “Ahora tiene más competidores, hay muchas palomas, antes estaban mantenidas a raya porque se comían, el pichón era un plato exquisito, ya no. También están los loros invasores, hay más especies con las que competir y el gorrión va quedándose un poco atrás”, expone.“Básicamente, para que un pájaro esté en un lugar, necesita comida, agua y cobijo. Puede que el agua todavía la tenga, puede que el cobijo exista, pero la comida escasea”, añade.Gorriones posados en un elemento urbano.   JUAN JOSÉ NEGROOtra de las causas de este declive es la suciedad de las ciudades, repletas de envases de plástico o latas de aluminio. “La ciudad no está limpia, antes tampoco lo estaba, pero antes era orgánico y ahora es inorgánico”, dice Juan José, que también menciona al cambio climático, gran amenaza no solo para esta especie sino para toda la comunidad de vertebrados.Además, los gatos son un gran enemigo. “Son un grave problema para los gorriones porque los matan. Los gatos, aunque estén bien alimentados, si andan libres por la ciudad, pues pueden causar estragos en aves pequeñas como el gorrión y ahora hay más que nunca. Hay una proliferación de gatos en medio urbano que nunca se ha visto”, señala.Actúan como el canario en una minaLos gorriones, como cualquier otra especie, juegan su rol en el ecosistema urbano. Su presencia aporta biodiversidad en las ciudades, siendo una de las pocas aves que se adaptan a este medio.Caminar por la calle, levantar la cabeza y observarlos volando por el cielo es una gozada infravalorada. Tener aves en la ciudad, convivir con seres vivos, es una alegría. “Los humanos somos biofílicos –una conexión innata con la naturaleza–, por eso tenemos tanta tendencia a convivir con mascotas o a alimentar a las palomas en los parques”, explica el investigador.La especie convive con el ser humano desde hace milenios.  JUAN JOSÉ NEGRO Para él, los gorriones, lejos de ser peligrosos para la convivencia, son más beneficiosos de lo que se podría imaginar. “Actúan como un canario en la mina. Pueden avisar de que hay un gas peligroso. Si a los gorriones les va mal, a nosotros nos puede ir igual de mal dentro de la ciudad. Deberíamos pensar que, seguramente, hay elementos que, si están haciendo daño al gorrión, también nos pueden hacer daño a nosotros”, reflexiona. Es un potencial indicador de cambios en las ciudades que podrían perjudicar al resto de sus habitantes. Juan José habla de contaminantes existentes en las ciudades que afectan no solo a los animales, como el uso de pesticidas o los humos de los coches.Las especies acompañantes, esas que conviven con los vecinos, sufren. Las asociaciones ecologistas son conscientes de ello y, desde hace años, alertan de este declive. SEO Birdlife lleva a cabo campañas de sensibilización para proteger los nidos de aves urbanas y también trabaja para divulgar la calidad de vida que aportan las mismas.En esta línea, incluso la organización india Nature Forever Society y ONG de todo el mundo establecieron el 20 de marzo como Día Mundial del Gorrión para alertar de esta desaparición silenciosa de un vecino de toda la vida.