El Papa hará doctor de la Iglesia a John Henry Newman, el británico que defendió la prioridad de la conciencia

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Esta sí que podría considerarse la primera gran decisión del Papa León XIV, el nombramiento de John Henry Newman como doctor de la Iglesia, título que sólo tienen otros 37 santos y santas, como Teresa de Jesús o Juan de la Cruz. La decisión gustará tanto a conservadores como a progresistas , pues el santo británico es una síntesis perfecta de ambos: un anglicano converso al catolicismo tras haber estudiado los escritos de los Padres de la Iglesia, y un partidario de subrayar la evolución de la doctrina. «El Santo Padre ha confirmado la opinión positiva de la Sesión Plenaria de Cardenales y Obispos del Dicasterio para las Causas de los Santos, sobre el título de Doctor de la Iglesia Universal que próximamente se conferirá a San John Henry Newman», ha anunciado a mediodía la oficina de prensa de la Santa Sede. El nuevo «doctor» es una figura transversal en la Iglesia católica. A Newman, nacido en 1801 y fallecido en Edgbaston en 1890, le nombró cardenal en 1889 León XIII, contra la opinión de muchos de sus consejeros, y por eso lo llamaba «mi cardenal». Benedicto XVI lo beatificó en 2009 durante un viaje al Reino Unido, Francisco lo canonizó en 2019, y León XIV ahora lo nombra «doctor». Significa que no sólo su vida es ejemplar, sino que su doctrina teológica es válida, útil y relevant e para todos los católicos. Para Juan Pablo II y Benedicto XVI, entre otras cosas Newman fue un precursor de la armonía entre «fe y razón». El Papa Francisco lo consideraba un precursor del Concilio Vaticano II y de la sinodalidad, pues era partidario de escuchar la voz de los laicos también en cuestiones de doctrina. Es un personaje poliédrico, que en sus tiempos como sacerdote anglicano fundó el «Movimiento de Oxford», una nueva forma de entender el anglicanismo como reacción a la secularización, buscando sus raíces en los escritos de los teólogos de los primeros siglos del cristianismo, los llamados Padres de la Iglesia, y no en la ruptura política de Enrique VIII. «En sus años al frente del movimiento de Oxford, expuso la armonía de la fe de los padres - en sus dimensiones personales, litúrgicas, eclesiales, al mismo tiempo que proponía construir el seguimiento de Cristo desde la fidelidad a la propia conciencia, a la propia luz disponible», explica a ABC el teólogo Martín Luque, experto en el pensamiento de Newman en la Pontificia Universidad de la Santa Croce. «Era una mezcla de objetividad y subjetividad muy conseguida », asegura. Esa reflexión llevó a algunos de sus miembros, como el escritor Robert Hugh Benson, a hacerse pacíficamente católicos. Con ocasión de la canonización en 2019, el ahora rey Carlos de Inglaterra escribió un artículo en 'The Times' y en el 'Osservatore Romano' en el que resumía que « como anglicano, Newman orientó la Iglesia hacia sus raíces católicas ; y como católico, aprendía de la tradición anglicana, como se ve en su promoción del papel de los laicos». Pero lo cierto es que cuando a los 44 años Newman se hizo católico perdió muchas cosas: tanto el prestigio, como su puesto en la Universidad de Oxford, como sus amistades. «Antes de mi conversión, mi vida era maravillosa, pero mi fe miserable. Ahora mi fe es maravillosa, pero mi vida miserable», explicó él mismo con humor inglés. Gran intelectual, respondió a quienes en su país entonces lo ridiculizaban por el dogma de la infalibilidad papal, pues lo consideraban casi una renuncia a la libertad intelectual y ética, asegurando que «en caso de verme obligado a hablar de religión en un brindis de sobremesa —desde luego, no parece cosa muy probable—, beberé «¡Por el Papa!» con mucho gusto . Pero primero «¡Por la Conciencia!», después «¡Por el Papa!»». Jack Valero, quien fue portavoz de la beatificación y de la canonización del santo inglés, destaca a ABC que «sus enseñanzas sobre la conciencia se han convertido en la doctrina de la Iglesia tal como se explica en el catecismo de la Iglesia Católica de 1992 y una fuerza para actuar de muchas personas del siglo XX». Recuerda por ejemplo que «su escrito 'Consultar a los fieles en materias de doctrina' que le trajo tantos problemas en vida, es una explicación muy útil del «sensus fidelium» y una guía para la apertura a la sinodalidad en la Iglesia». Martín Luque aclara que «el desarrollo de la doctrina que Newman plantea no es en un sentido «darwinista» de simple evolución, sino de crecimiento y expansión a partir de un centro». «Entiende con claridad que la Revelación del Logos de Dios es un evento denso, lleno de significado, cuya comprensión y profundización requiere necesariamente el paso del tiempo, y la contribución de muchas cabezas, de muchas circunstancias, de muchos errores para calibrar cada detalle», asegura a ABC. Recuerda que Newman cuenta su conversión en el libro 'Apologia pro Vita Sua' (1865), donde asegura que esa «evolución que se observaba en la doctrina, se veía también en la Iglesia compuesta de personas reales, y que la Iglesia católica romana, reunida en torno al Papa se movía de acuerdo a esta dinámica… cambiaba para permanecer igual». «El título de Doctor de la Iglesia es muy apropiado para Newman. Aunque vivió en el siglo XIX, tiene aportaciones muy originales a la teología, algunas de las cuales solo se están entendiendo en nuestra época», insiste Valero. «Su visión de los laicos como defensores de la doctrina y la historia de la Iglesia en la plaza pública se está entendiendo y haciendo realidad en la época actual. Newman entiende bien lo dificil que es creer en un siglo secularizado como el nuestro. Es un buen compañero en el camino de la fe hoy día», resume. Era sin duda una mente inquieta. Su lema «Holiness rather than peace», «Santidad antes que paz» le llevó a complicarse la vida. Ahora, León XIV lo propondrá como Doctor de la Iglesia. La ceremonia no tiene fech a, pero podría tener lugar este mismo año, quizá ligada a un evento especial del Jubileo. Por ahora, es la primera sorpresa del «nuevo» Papa.