Desde el Hospital Universitario de Puerto Real se ha hecho pública una emotiva carta escrita por la familia Cousinou Toscano, en memoria de su ser querido, recientemente fallecido. El texto, titulado La vida con una sonrisa, refleja un mensaje de profundo agradecimiento al personal sanitario del centro. “Esta vez no sonará la campana y aun así, gracias”, comienza la misiva, que ha sido calificada por los propios profesionales del hospital como un testimonio lleno de amor, dolor y humanidad.La carta no solo rinde homenaje a la persona que se ha marchado, sino que también reconoce el trabajo incansable del equipo médico y de enfermería de áreas como oncología, cardiología, radiología, UCI, urgencias y hospital de día. La familia relata con detalle momentos de dificultad, miedo y lucha, pero también de cercanía y esperanza, destacando la labor de quienes “intentaron salvarlo” y ofrecieron cuidados con calidez y respeto.Un homenaje a la vocación de cuidar“Han sido años de lágrimas y mucho miedo y aun así, gracias”, reza uno de los fragmentos más contundentes del texto, en el que también se recuerda la lucha del paciente contra la enfermedad, su amor por la comida, su alegría al ver a su equipo –el Sevilla Fútbol Club– salir campeón, y su capacidad para mantener la bondad y la sonrisa incluso en los peores momentos. La familia agradece con nombres propios a numerosos profesionales, a quienes considera parte esencial de estos años “de regalo”.La misiva comienza resaltando que "esta vez no sonará la campana y aun así, gracias. Esta vez no habrá un pasillo con besos y abrazos y aun así, gracias. Han sido años de lágrimas y mucho miedo y aun así, gracias. De dormir en un butacón de tortura muchas noches, de sentir la impotencia en sus ojos, de ver como el veneno lo apagaba y aun así, gracias. Han sido años extra de regalo, de verlo luchar con una sonrisa y por eso, gracias".La carta menciona de forma especial a Sandra –a quien llaman “nuestro ángel”–, a Eugenia, Ana, Fran C., Juan, Rocío, Mariluz, Leticia, Laura, Mariano, y muchos otros integrantes del personal sanitario, que han dejado huella en este proceso. La despedida, lejos de centrarse en la pérdida, se convierte en un acto de reconocimiento y memoria, en el que cada gesto cuenta.Desde el hospital han valorado públicamente este gesto, afirmando que cartas como esta “recuerdan que, incluso en la despedida, puede quedar una sonrisa”. Un mensaje que ha calado hondo entre los profesionales sanitarios, acostumbrados a convivir con el sufrimiento, pero no siempre con este tipo de homenajes sinceros.En un contexto marcado por la presión asistencial y la exigencia diaria, la familia Cousinou Toscano ha querido resaltar el valor humano que define a quienes trabajan en la sanidad pública. “De ser ejemplo silencioso de bondad y amor… Y por eso, gracias”, se lee en otro de los pasajes más conmovedores de la carta. Un relato íntimo y universal que pone rostro a la vocación, la pérdida y la gratitud.