¡Qué me gustaría!

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Qué me gustaría volver a oler a sábanas frescas en las azoteas, con ese perfume a lavanda o a jabón verde, a ropa escamondada y oreada al sol de la primera mañana, vivir en un país donde la gente no se levantara crispada, que hablara sin miedo de lo que quiere, de sus deseos, de sus mayores, de sus niños, pero sin ofender a nadie. Que diera los buenos días, que le preguntara en el ascensor a sus vecinos cómo le va su vida.Qué me gustaría que los jueces no tuvieran apellidos, ¿conservadores?, ¿progresistas? Que los jueces fueran solo eso, jueces justos, que no se dedicaran a buscarle las cosquillas a los gobiernos que no les gustan. Y que los mandatarios, los ministros, y hasta los presidentes de la comunidad de nuestros vecinos, fueran respetados. Pero que ser gobernante fuese un servicio público, no una dedicación para vivir mejor, para tener más privilegios. Que todos cumplamos nuestras leyes, que nadie ponga en tela de juicio una sentencia, que los tribunales no lo eligieran los políticos, ni que los tribunales tomaran decisiones políticas. Que la educación cívica sea nuestra única bandera. Qué me gustaría un país donde lo más importante fuese el bien común, el cuidado, la sanidad o la educación, la atención a los débiles para que no se queden por el camino ni llenen las calles de personas sin hogar, sin sueños, sin futuro. Que haya impuestos, muchos impuestos de los que más tienen y que contribuyan a un mundo más igualitario.[articles:338086]Qué me gustaría votar sin taparme la nariz, votar por un programa que sé que se va a cumplir, votar a una ideología, no contra nadie. Qué me gustaría que los partidos políticos fueran democráticos, que se llenaran de militantes que quieren un país mejor y no un mejor futuro para ellos. Que la primera tarea de un gobernante no sea conseguir quedarse en el sillón el máximo tiempo posible. Que haya controles, muchos controles, que el patrimonio de cualquier gestor de lo público sea transparente, líquido, permeable, ventilado como esas sábanas de las que hablaba al principio y que huelan bien. Que todo huela bien, como cuando éramos pequeños y nos cambiaban de muda nuestras madres.Qué me gustaría que nadie fuera discriminado por ser hombre o mujer, por su opción de vida, por con quién se acuesta, por a quién besa, por a quién reza, o de dónde viene. Que no haya extranjeros, que nadie se sienta foráneo, que todas las culturas, como los amores, sumen. Qué me gustaría que la libertad fuera vivir sin restricciones y no una palabra gastada y tantas veces prostituidas.Qué me gustaría un mundo sin imperios, sin emperadores, sin alianzas, sin genocidios, sin pueblos con derecho a machacar al vecino. Una Europa de valores, de europeos que no olviden lo que fueron las dos guerras que machacaron las vidas de tantas personas. Un planeta en paz, sin gastos militares. Que las fronteras no fueran más que una línea pintada en un mapa. Que los únicos soldados fueran los que luchan contra la crisis climática, contra la contaminación de nuestros ríos y mares, contra el fuego, contra el calentamiento global que nos amenaza, contra la miseria y el hambre.Qué me gustaría que las noches de verano nos dejaran dormir.