Juan Pablo Sánchez: el hilo fino de la verdad

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Hay tardes en las que el toreo vuelve a recordarnos que su grandeza no está en la estridencia, sino en el susurro hondo de una muleta bien llevada. Que la diferencia entre el torero que torea y el que torea de verdad está en los matices, en los silencios del temple, en la colocación exacta, en ese compás que no se enseña, se tiene. En Jesús María, el toreo tuvo nombre y apellido: Juan Pablo Sánchez, y su faena a “Ave César”, de De la Mora, se quedará como una de las más completas y sentidas de su temporada, una obra que reivindica que en México hay un torero que manda, sin levantar la voz, pero con la firmeza de quien tiene las cosas claras.Te puede interesar: Rayados podría perder a su estrella: equipo de Europa ya mostró interésLa corrida celebrada en el Lienzo Charro “Xonacatique”, en el marco de la feria de Jesús María, tuvo un cartel redondo: tres toreros de Aguascalientes —la tierra que sigue produciendo toreros con alma— y una ganadería de las que se escribe con respeto: De la Mora. El encierro, bien presentado, ofreció matices diversos: hubo nobleza, motor, sentido y también poca transmisión en algunos. Pero el cuarto de la tarde, número 129, de nombre “Ave César”, con 524 kilos, fue el toro que ofreció la materia prima para que Juan Pablo trazara una faena que se colocará, sin duda, entre las más importantes de su carrera reciente.Ya en su primero, “Rompe Muebles”, un cinqueño serio y bien armado, Juan Pablo dejó claro que venía a torear. El saludo capotero, con verónicas de mano baja y excelente postura, abrió el festejo con aroma clásico. El toro no tuvo la continuidad deseada, pero el hidrocálido, con la lucidez que le distingue, planteó una faena sobria, de torero que sabe leer a su oponente. Por el derecho pudo dejar pasajes de profundidad, mientras que por el izquierdo administró lo poco que había con suavidad. Todo fue desde la técnica, con oficio, sin obligar más de la cuenta. Una estocada certera y el saludo desde el tercio completaron la primera parte de su actuación.Pero la historia se escribió en el cuarto. Desde que “Ave César” asomó por toriles se intuyó que había clase en sus andares. Juan Pablo lo supo desde la primera verónica, que ejecutó con ese temple que no se puede forzar. Lo llevó con ritmo, como si cada lance respirara. El toro, pronto y humillado, pedía que se le toreara despacio. Y eso fue lo que hizo Sánchez, en una faena que fue creciendo sin aspavientos, basada en la cadencia y el sitio.Comenzó por bajo, con muletazos de tanteo que ya mostraban la intención. Luego vinieron las tandas por el derecho, con una muleta siempre en la panza del toro, en un trazo limpio, largo, de mano baja, en redondo. El ritmo fue perfecto, la distancia exacta, la colocación precisa. No había necesidad de adornos. Había toreo del caro.Por el izquierdo, “Ave César” respondió con la misma clase, y el torero se sintió. Vinieron los naturales largos, lentos, de esa profundidad que pocas veces se ve en el ruedo. Hubo cambios de mano que parecían dibujados con pincel fino. Todo sucedía en un silencio respetuoso, roto apenas por murmullos de asombro. El público no gritaba; se conmovía.Entonces llegó el epílogo. El cambiado por la espalda fue una firma elegante, sin estridencia, que puso de pie a los tendidos. Y cuando enterró la espada —una estocada en todo lo alto, recibiendo, con verdad— estalló la plaza en un clamor: “¡Torero, torero!” Dos orejas, y una fuerte petición de rabo no concedida. Palmas al toro en el arrastre. Nada que reprochar, todo que reconocer.En esta faena, Juan Pablo Sánchez mostró la plenitud de su toreo. La madurez, la claridad de ideas, la fidelidad a su concepto. Toreó desde el sentimiento, pero también desde el conocimiento, sin traicionar un estilo que privilegia la pureza por encima de la forma. No hay adornos innecesarios en su toreo. Hay fondo. Hay torería.Y lo más importante: hay verdad. Una verdad sin artificios, de esa que conecta porque no necesita gritar. Sánchez se ha posicionado como el referente del toreo nacional no sólo por sus actuaciones, sino por lo que representa en el ruedo: el equilibrio perfecto entre técnica, estética y profundidad.El resto del festejo tuvo pasajes de interés, pero quedó eclipsado por la obra mayor. Leo Valadez, con el segundo de la tarde, dejó un quite ceñido por chicuelinas y momentos destacados por el derecho. La faena fue solvente, aunque falló con la espada y saludó una ovación tras aviso. Con el quinto, “Nazareno”, lució con el capote y firmó una buena actuación en banderillas, colocando tres pares de calidad. En la muleta hubo voluntad y pasajes de lucimiento, pero el toro ofreció poco y el resultado fue de palmas.Alejandro Adame, que enfrentó al tercero, “Tabernero”, mostró disposición desde el primer momento. Se dobló con poder, buscando imponer su mando. El toro, con motor pero con sentido, le propinó una voltereta. El joven torero se levantó con entereza y logró hilvanar muletazos de mérito por ambos lados. Mató con decisión y cortó una oreja. Con el sexto, la faena no tuvo eco y fue silenciado.La fotografía final es clara. En una tarde que exigía afirmaciones, Juan Pablo Sánchez reafirmó su sitio. No por acumulación de festejos, ni por número de orejas, sino por la calidad profunda de su toreo. En Jesús María toreó con verdad, con sentimiento, con esa serenidad que sólo tienen los que saben que el toreo, cuando es auténtico, no necesita más que una muleta y un toro que embista.Ficha del festejoJesús María, Aguascalientes. Lienzo Charro “Xonacatique”. Corrida de feria.Entrada: más de media. Tarde agradable.Toros de De la Mora, bien presentados. Destacó el 4° por su clase y recorrido. Palmas al arrastre.• Juan Pablo Sánchez: Saludo al tercio y dos orejas con petición de rabo.• Leo Valadez: Palmas tras aviso y palmas.• Alejandro Adame: Oreja y silencio.Foto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaFoto: CortesíaThe post Juan Pablo Sánchez: el hilo fino de la verdad first appeared on Ovaciones.