En Ibiza ya no se va a la fiesta. Se llega bailando. Concretamente, en una furgoneta tuneada como si el camarote de los hermanos Marx se hubiese fusionado con el Bora Bora y le hubiesen añadido un volante. Desde el 25 de julio -fecha que en el calendario pitiuso ya marca oficialmente el inicio del despiporre- se han puesto en marcha las Party Vans, un invento tan excesivo como irresistible. La cosa va así: te bajas del avión, sobrevives a la cola del equipaje, reservas tu Uber... y aparece una furgoneta negra con luces de discoteca, un DJ pinchando a cuatro palmos de tu cara y seis personas moviendo el esqueleto como si estuvieran poseídos por el espíritu de Chimo... Ver Más