Santa Marta -Patrona de los hoteleros, cocineros, amas de casa y servidores del hogar- es una de las figuras femeninas más entrañables del Nuevo Testamento. Hermana de María y Lázaro, aparece en los Evangelios como ejemplo de hospitalidad, trabajo y fe en Jesús. Según el Evangelio de San Lucas, fue quien recibió a Jesús en su casa en Betania y se ocupó de atenderlo, mientras su hermana María escuchaba atentamente sus enseñanzas (Lucas 10, 38-42). En este pasaje, Marta representa el valor del servicio activo, aunque Jesús le recuerda que también es necesario el recogimiento espiritual.Sin embargo, es en el Evangelio de San Juan donde Marta revela la firmeza de su fe. Tras la muerte de su hermano Lázaro, es Marta quien sale al encuentro de Jesús y proclama una de las confesiones cristológicas más importantes: “Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que tenía que venir al mundo” (Juan 11, 27). Su testimonio une la dimensión activa y contemplativa de la vida cristiana.En la tradición popular, especialmente en Francia, se la vincula con la leyenda de haber dominado a una bestia mítica conocida como la Tarasca. Este relato refuerza su figura como símbolo de fortaleza espiritual.Otros santos y beatosSan Olaf (Óláfr Haraldsson) (†1030)Rey de Noruega y mártir. Tras su conversión al cristianismo, promovió con firmeza la fe en su país, lo que le valió la oposición de nobles paganos. Murió en la batalla de Stiklestad y fue rápidamente venerado como santo. Su figura es clave en la cristianización de Escandinavia.San Guillermo Pinchón (†1234)Obispo de Saint-Brieuc (Francia). Fue un prelado humilde y caritativo, que defendió la libertad de la Iglesia frente a los poderes políticos. Promovió la justicia social y se destacó por su cercanía con los pobres.San Serafín de Sarov (†1833)Monje ortodoxo ruso, venerado también por los católicos. Famoso por su vida de ermitaño, oración continua y mística profunda. Enseñaba con dulzura que el fin de la vida cristiana es alcanzar la paz interior a través del Espíritu Santo. Muy venerado en Rusia, su espiritualidad influye en todo el mundo cristiano oriental.Beato Urbano II (†1099)Papa entre 1088 y 1099. Convocó el Concilio de Clermont y llamó a la Primera Cruzada para recuperar los Santos Lugares. Su pontificado también impulsó la reforma gregoriana, fortaleciendo la autoridad moral del papado.Beata María Magdalena Martinengo (†1737)Religiosa capuchina en Brescia (Italia), conocida por su profunda vida de oración y experiencias místicas. Vivió con humildad, dedicación al silencio y servicio a sus hermanas de comunidad.Beata Teresina del Niño Jesús y de San Juan de la Cruz (†1902)No debe confundirse con Santa Teresita de Lisieux. Esta beata italiana, carmelita descalza, destacó por su espiritualidad sencilla y fervorosa, marcada por una gran devoción al Niño Jesús.