Pintura o bordado, ésa es la cuestión cuando uno se va acercando a ver en detalle una obra del artista cordobés José Manuel Ayllón porque son cuadros realistas creados con aguja e hilo. «Cuando el bordado llega a tal escala que a una mínima distancia el ojo humano no aprecia si es pintura, si es fotografía o es bordado, se califica como pintura a la aguja y hasta que no estás a 20 centímetros no te percatas de que están hechos con aguja e hilo». Es exactamente como lo define con sus propias palabras y lo que él desarrolla desde el año 1997. Este lunes dio a conocer en Sevilla dos obras, una con la Virgen del Rocío y otra, con el Señor de la Redención, de la hermandad de la Redención . Se trata de la primera vez que retrata con su técnica de pintura a la aguja y estilo 'non finito' a las dos imágenes titulares de una misma hermandad de manera conjunta. Non finito es porque se deja algo inacabado, abierto a la imaginación del espectador en lo que queda en blanco, pero en general en su obra todo es macizo y aparece completado por entero. El perfil derecho del rostro de la Virgen lo inmortalizó en febrero para formar parte de una muestra colectiva en torno a la mirada de la Madre de Dios y la escogió por su coronación canónica. Al poco pensó en hacer otro complementario con el rostro del Señor, y esta pareja de obras se bendijo el lunes 28 de julio. El vicario parroquial de la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla, Ángel Antonio Failde Rodríguez, los bendijo tras la misa de la tarde del 28 de julio. En esta ocasión ha utilizado sendas fotografías hechas por Juan Alberto García Acevedo. La gama cromática de hilos es de 460 colores diferentes, todos de algodón y primero crea bocetos y es vital «no equivocarte en ni una sola puntada. Con que te equivoques en una sola puntada, ya te has cargado el cuadro porque ya lo has desplazado. Un solo error y el cuadro ya no vale», reconoce sobre la dificultad que entraña. La Semana Santa constituye una de sus mayores fuentes de inspiración desde siempre. La obra 'Mi Soledad' , en la que refleja a su venerada Soledad de Córdoba, estará presidiendo sus exposiciones en solitario con la mayor parte de su producción artística entre el 6 y el 17 de octubre, en el Ateneo de Sevilla, y a partir del 6 de noviembre, en la Diputación de Córdoba. Otro de los que se verá en su muestra en el Ateneo de Sevilla junto a una treintena de cuadros será el titulado 'Charitas Christi', el busto del Cristo de la Caridad, de la hermandad de Santa Marta, de Sevilla, que enseñará en público por primera vez. En cada obra invierte como mínimo entre dos meses y medio y tres meses de trabajo. En el de 'Mi Soledad', más grande con tamaño cartel, con el que subraya el 50 aniversario fundacional de la cofradía , estuvo ocho meses para reseñar en pintura sobre plano todas las portadas de iglesias con las que tiene relación su historia. El paño de la santa mujer Verónica para la hermandad de la Santa Faz de Córdoba en 2024 y el Señor del Huerto también los inmortalizó, así como a músicos de bandas de música procesional. Más allá de la inspiración cofrade, con la que comenzó este cordobés nacido en 1976, su campo de acción es mucho más extenso. Ha retratatado con la técnica de la pintura a la aguja a los cantantes India Martínez y Pascual González, al torero Manolete (en non finito también) y en Córdoba tiene previsto mostrar un nuevo cuadro homenaje en gran formato por el 151 aniversario del nacimiento de Julio Romero de Torres . El mundo animal y la fantasía, con personajes de Guillermo del Toro y la serie 'Los caballeros del Zodiaco', son otros de sus temas. En octubre exhibirá también en el Ayuntamiento de Sevilla en una colectiva que gira en torno a Julio Verne. Un retrato del escritor en pintura sobre plano se entremezclará con sus libros 'De la tierra a la luna', 'La vuelta al mundo en 80 días' y '20.000 leguas de viaje submarino', como avanza Ayllón. «Lo mejor está por venir». Es una motivadora frase que repite mucho cuando habla de sus proyectos y en su caso es exacta. El arte le sirvió de terapia frente al cáncer hace cinco años y «entre mi fe, la medicina y el arte me sirvieron para evadirme de la enfermedad y plantarle cara», analiza echando la vista atrás.