Algunos lugares cargan con una imagen grabada a fuego en el imaginario colectivo. Mencionar Zarautz (Guipúzcoa) a cualquier español de mediana edad aficionado a la cocina evoca inmediatamente la escena de Karlos Arguiñano cocinando en verano con vistas al paseo marítimo. Detrás de él —o de su estatua de bronce con la que se hacen selfies sus fans— se extienden esas olas que desde los años 60 asocian el lugar con el surf. Contra ese reduccionismo de lo arquetípico luchan tres jóvenes: los cocineros Javier Ochoa y Garikoitz Arruabarrena , a quienes se ha sumado recientemente la sumiller Judit Ayago . Cuestionarlo todo y, al mismo tiempo, regresar a algunas esencias de la cocina son la base desde la que... Ver Más