En 1994, asesinaron a una joven. En un inicio, nadie sospechaba de su ex novio hasta que su mascota, un gato blanco, ayudó a resolver el crimen. Los hechos se remontan al 3 de octubre de 1994 cuando Shirley, mujer de 32 años y madre de cinco hijos, desapareció. Al principio, nadie dio la voz de alarma por su ausencia ya que el padre de ella, Melvin, estaba al cuidado de sus hijos en su casa de Sunnyside, en la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá). Cuatro días más tarde, una vecina llamó a la policía denunciando un vehículo abandonado en su propiedad. Una vez llegaron al coche, descubrieron que estaba cubierto de sangre salpicada. Posteriormente, la policía rastreó el coche por su número de serie y vio que era el de Shirley. Cuando observaron que ese coche pertenecía a Shirley, fueron a su hogar y, al darse cuenta de que Melvin no la había visto en días, sus temores aumentaron. Tal y como informan los agentes, las salpicaduras de sangre en el coche se debieron a un impacto moderado. Esto indicaba que Shirley estaba acompañada y que en el interior del vehículo, recibió una paliza con el puño o con un objeto contundente. La búsqueda de Shirley fue una de las más extensas que se habían visto hasta el momento: más de 120 personas pertenecientes a la Isla del Príncipe Eduardo comenzaron a registrar la zona en busca de alguna pista sobre el paradero de Shirley. No obstante, la llegada del invierno a esta zona provocó que las autoridades se vieran obligadas a suspender la búsqueda por las condiciones climatológicas. Sin embargo, antes de suspender las tareas de búsqueda, encontraron varias pistas: una pala con varios pelos largos, que según las pruebas, pertenecían a Shirley, una bolsa con una chaqueta de cuero y unas zapatillas cubiertas de sangre. Además, junto al coche encontraron la almohada empapada de sangre en la que Shirley se sentaba para conducir debido a su pequeña estatura. Se determinó que, precisamente, esa sangre pertenecía a Shirley después de que los investigadores usaran la de su padre para encontrar una coincidencia. Tras las pruebas de sangre, se determinó que Shirley había sido asesinada pero aún no tenían indicios de quién podría haberla matado. Doug Beamish: el ex novio de Shirley que contaba con una orden de alejamiento Shirley mantuvo una relación de más de 15 años con Doug Beamish. Esta relación finalizó porque era muy problemática y, según su padre, desde que se separaron, tenían una mala relación. En el momento de la desaparición de Shirley, Doug vivía con sus padres ya que contaba con una orden de alejamiento por violencia doméstica y acoso. La expareja de la mujer desaparecida negó rotundamente su posible vinculación con la desaparición. No obstante, admitió que calzaba la talla 44. Esa talla coincidía con las zapatillas que encontraron los investigadores. Mientras entrevistaban a Beamish, los agentes descubrieron que tenía una mascota: un gato blanco llamado Snowball. Snowball: la mascota que ayudó a resolver el crimenEn la chaqueta de cuero de Shirley, los investigadores encontraron un puñado de pelos blancos, por lo que sabían que el sospechoso tenía un gato. A partir de este momento, los investigadores relacionaron a Beamish con su gato: el ADN de Snowball coincidía exactamente con los pelos encontrados en la chaqueta de cuero. Este juicio marcó la primera vez que se utilizó ADN animal en un tribunal para condenar a alguien por asesinato, y aunque Beamish intentó apelar su condena dos veces, no tuvo éxito. Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com