Faltaban unos pocos minutos para las once de la mañana cuando un equipo de media docena de personas descargaban de dos coches el instrumental necesario para analizar los murales románicos de Sijena expuestos en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y entraban en el recinto. Entre ellos estaban los tres técnicos designados por el Gobierno aragonés para hacer una evaluación del estado de la obra del siglo XIII y estudiar los informes técnicos sobre el estado de las pinturas elaborada por los expertos en conservación y restauración del MNAC. Su acceso se producía apenas unos días después de que la jueza del Juzgado número 2 de Barcelona iniciara el proceso de ejecución de la sentencia que ordena devolver ese patrimonio histórico al monasterio de Sijena. Seguir leyendo