Tesla ha sido durante años sinónimo de innovación en movilidad eléctrica, pero en 2025 enfrenta un reto cada vez más evidente: las promesas de un futuro impulsado por la inteligencia artificial y los robotaxis ya no bastan para mantener el entusiasmo de los inversores. Mientras otras empresas tecnológicas celebran nuevos récords en bolsa, las acciones de Tesla acumulan una caída del 22% en lo que va del año.Las cifras actuales pintan un panorama preocupanteDurante el segundo trimestre del año, las ventas de vehículos eléctricos de Tesla cayeron un 16% interanual. Esta disminución es especialmente notoria en mercados clave como Europa y California. A esto se suma una reducción de los beneficios operativos y la amenaza de perder los ingresos por créditos regulatorios, tras cambios impulsados por políticas republicanas en EE.UU.Musk advirtió a los analistas que podrían venir “unos cuantos trimestres difíciles”, en parte por la expiración de subsidios a los EVs y la imposición de nuevos aranceles por parte del presidente Trump.Promesas futuras frente a resultados presentesEl CEO de Tesla, Elon Musk, sigue apostando por un discurso que pone el foco en el mañana: robotaxis que generen ingresos mientras los dueños duermen, vehículos totalmente autónomos y humanoides robóticos que cambien la industria. Sin embargo, para muchos analistas e inversores, ese futuro sigue siendo tan lejano como incierto.Durante la reciente llamada de resultados, Musk destacó que los robotaxis ya están en pruebas en Austin, Texas, y que podrían llegar a cubrir a la mitad de la población estadounidense antes de que termine el año. Claro, siempre que consigan las aprobaciones regulatorias necesarias. Pero el mercado no compró el discurso: el día siguiente, las acciones de Tesla se desplomaron un 8%.Competencia feroz y falta de autorizacionesTesla enfrenta una creciente competencia, especialmente desde China, donde los vehículos eléctricos de bajo costo ganan rápidamente cuota de mercado. Al mismo tiempo, empresas como Waymo (de Alphabet) y Apollo Go (de Baidu) llevan la delantera en el desarrollo de vehículos autónomos, con cifras que respaldan su progreso.Por ejemplo, Waymo informó que su sistema autónomo ha recorrido más de 100 millones de millas sin conductor en vías públicas y ya opera en más de 10 ciudades. En contraste, los robotaxis de Tesla han acumulado apenas 7.000 millas en Austin, con restricciones de velocidad y supervisión humana constante.Además, Tesla no cuenta aún con los permisos necesarios en California para operar un servicio de transporte sin conductor. Las autoridades del estado han confirmado que la empresa solo está autorizada para ofrecer un servicio con conductor humano.Optimismo desbordado vs. realidad empresarialEl estilo de Musk, descrito como «patológicamente optimista», ha sido una herramienta efectiva para captar la atención del mercado. Ha sabido convertir cada declaración en un evento mediático, como cuando recientemente afirmó que Tesla podría llegar a valer 20 billones de dólares o que su empresa supera ampliamente a Google en inteligencia artificial aplicada al mundo real.Sin embargo, esa narrativa empieza a desgastarse. Analistas como los de Canaccord Genuity reconocen el potencial de Tesla en AI y robótica, pero insisten en que «necesitamos que la dinámica del P&L (pérdidas y ganancias) cambie». En otras palabras: está muy bien hablar del futuro, pero hay que empezar a generar beneficios hoy.Tesla busca una transición hacia servicios de IALa compañía comunicó en su informe de resultados que está iniciando una transición de líder en vehículos eléctricos hacia una empresa centrada en la inteligencia artificial, robótica y servicios relacionados. A pesar de este cambio de rumbo, no se ofrecieron nuevas guías sobre crecimiento o rentabilidad a corto plazo.La realidad es que Tesla está en una fase compleja: tiene que mantener su negocio actual a flote mientras intenta abrir camino en nuevos sectores. Y mientras tanto, el mercado exige claridad, resultados y realismo.La importancia del momento presenteEl caso de Tesla muestra que el mercado puede tolerar cierto margen para la visión futurista, pero no indefinidamente. Como en una relación de pareja, las palabras y las promesas pueden inspirar durante un tiempo, pero si no van acompañadas de hechos concretos, la confianza se erosiona.Por ahora, Tesla deberá demostrar que puede ser tanto una empresa de futuro como una de presente. Y eso implica competir mejor en el mercado actual, ofrecer productos que realmente lleguen a las calles y cumplir con las normativas para operar legalmente. Sólo entonces las promesas sobre robotaxis podrán traducirse en ingresos reales y valor sostenible para sus inversores.La noticia Tesla y sus robotaxis: cuando el futuro no paga las cuentas del presente fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.