La sentencia climática de la CIJ: Un antes y un después para las obligaciones de los Estados

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La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el más alto órgano judicial de las Naciones Unidas, ha emitido una opinión consultiva que marca un hito en la lucha contra el cambio climático. Aunque no es legalmente vinculante, este dictamen de 133 páginas redefine el alcance de las obligaciones de los Estados ante la crisis climática, sentando las bases para futuras demandas, acuerdos internacionales y presiones ciudadanas. Veamos qué implica y por qué se considera tan trascendental.Un medio ambiente sano ya es un derecho humanoUno de los puntos más significativos de la opinión es la afirmación de que un medio ambiente limpio, sano y sostenible es un derecho humano. Esto no es una mera declaración simbólica: significa que los Estados, como partes de tratados internacionales de derechos humanos, deben garantizar ese derecho en sus políticas climáticas.Es similar a cuando se reconoce el derecho al agua potable o a la vivienda: si un país no garantiza un ambiente sano, podría estar vulnerando derechos fundamentales. La CIJ subraya que sin un entorno saludable, otros derechos básicos también se ven afectados. Es un llamado claro a actuar con urgencia y coherencia.Las obligaciones climáticas van más allá del Acuerdo de ParísMuchos países emisores han intentado escudarse en el Acuerdo de París, argumentando que ya están cumpliendo con lo pactado. Sin embargo, la CIJ ha dejado claro que la responsabilidad climática no se limita a ese tratado.El cambio climático impacta diversas áreas del Derecho Internacional, desde los derechos humanos hasta la Carta de la ONU. Eso significa que incluso los Estados que no han firmado ciertos acuerdos climáticos siguen teniendo obligaciones legales vinculadas a la protección del clima.Tener un plan nacional, conocido como Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN), no es suficiente. Ese plan debe ser ambicioso, coherente con la ciencia y mejorarse con el tiempo. Presentar un documento sin compromisos reales ya no es aceptable.No actuar ante el cambio climático puede ser ilegalLa CIJ ha sido tajante: si un Estado no toma medidas eficaces contra las emisiones de gases de efecto invernadero, podría estar cometiendo un acto «internacionalmente ilícito». Es decir, una falta legal.Este punto tiene consecuencias profundas. Implica que países que sigan financiando o promoviendo la producción y consumo de combustibles fósiles podrían estar incumpliendo el derecho internacional. También se recuerda que los gobiernos tienen la obligación de regular a las empresas dentro de su jurisdicción, incluyendo a las grandes petroleras.Para entenderlo mejor: si una empresa contamina un río y el gobierno no interviene, el Estado puede ser considerado responsable. Con el cambio climático, ocurre lo mismo: si las autoridades no frenan actividades que dañan el sistema climático, se les puede exigir rendición de cuentas.Las naciones afectadas pueden exigir reparacionesOtra parte clave del dictamen es que los Estados perjudicados por el cambio climático tienen derecho a pedir reparaciones. Esto puede incluir compensaciones económicas, restauración de ecosistemas dañados y garantías de no repetición.En términos prácticos, significa que un país vulnerable que ha sufrido daños por tormentas, sequías o subida del nivel del mar podría demandar a países más contaminantes. Y no solo por emisiones recientes, sino también por daños pasados.Este principio abre la puerta a una posible justicia climática global. Tal como en otros ámbitos legales, si hay daño y responsabilidad, debe haber reparación. La opinión de la CIJ convierte esta posibilidad en una herramienta real para los países más afectados.Una guía para futuras decisiones judiciales y políticasAunque la opinión de la CIJ no crea leyes nuevas, sí aclara cómo deben interpretarse las existentes, y eso es clave. En las próximas décadas, jueces y legisladores podrán usar este dictamen como referencia para resolver casos y redactar normas.Es como cuando un tribunal supremo interpreta una ley: no cambia el texto, pero su visión influye en cómo se aplica. De ahora en adelante, cualquier juicio sobre responsabilidad climática podrá citar este documento como argumento de peso.También será fundamental en foros como la COP30, donde se espera que las negociaciones climáticas se endurezcan. La opinión consultiva puede servir como presión para que los gobiernos actúen con mayor responsabilidad y urgencia.Lo que viene: más demandas, más presión ciudadanaEsta sentencia es una herramienta que ahora está disponible para organizaciones, ciudadanos y gobiernos. Desde asociaciones que protegen el medio ambiente hasta países insulares que enfrentan inundaciones constantes, todos pueden apoyarse en esta opinión para exigir justicia climática.El dictamen de la CIJ no solo lanza una advertencia a los Estados, sino que también empodera a las personas. Nos recuerda que la inacción climática no es solo una mala decisión política, sino una posible violación del derecho internacional.La noticia La sentencia climática de la CIJ: Un antes y un después para las obligaciones de los Estados fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.