De todos los supuestos casos de corrupción que el PP achaca a Pedro Sánchez, destaca el famoso caso de su mujer. En realidad, la causa judicial contra Begoña Gómez no es más que una farsa dirigida por el juez Juan Carlos Peinado, conocido, sobre todo, por sus vínculos ideológicos con FAES y la derecha más dura. Pero esto a la gente no me importa, se quedan con los titulares, sin profundizar en las causas, y ahí la derecha se mueve como pez en el agua para enturbiar el ambiente. Desde hace más de un año, Peinado está investigando a Gómez y a otras personas sin aportar pruebas sólidas, en un proceso que parece más una cacería política que una investigación judicial objetiva. Tras doce meses de instrucción, no se han encontrado indicios que justifiquen sus acusaciones, las cuales incluyen supuestos delitos de tráfico de influencias y apropiación indebida. El caso se basa en acusaciones sobre la cátedra universitaria que Gómez dirigió, sin embargo, la Universidad Complutense ha confirmado que no hay irregularidades, y que las supuestas pruebas son, en realidad, malinterpretaciones. Incluso la propia fiscalía, ha cuestionado la falta de pruebas, y ha recurrido varias de las presentadas por el juez. Pese a todo, Peinado sigue insistiendo porque sabe que lo que está haciendo no es la instrucción de un caso, sino un ataque judicial con interés político. La famosa politización de la justicia. ¿Y qué decir del PP? Para ellos esto es como para un gorrino un charco de lodo. Aplican su doble, triple o cuádruple vara de medir y se quedan con los titulares de brocha gorda de los medios afines mientras Peinado se dedica a darles carnaza cada día. Periódicos y jueces afines, que se arrodillan al servicio de intereses partidistas y siempre del lado de los poderosos, de la derecha de toda la vida, la que ha mandado siempre y la que se resiste a perder el poder cuando las mayorías parlamentarias se lo arrebatan. No sabemos como acabará el caso, pero el objetivo principal ya se ha logrado, y ese no era otro que poner el foco en la esposa del presidente, echar basura sobre su imagen y sembrar dudas de corrupción para desgastar políticamente a Sánchez.