¿Están preparadas las empresas para los nuevos aranceles de EE. UU.?

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El gobierno de Estos Unidos continúa reforzando su política comercial con los aranceles que afectan a productos industriales y tecnológicos, especialmente originarios de Asia. Y, aunque Colombia no ha sido objeto directo de estas medidas, es cierto que muchas empresas puedan llegar a verse impactadas indirectamente, ya sea porque exportan a EE. UU., importan insumos desde países afectados o forman parte de cadenas de suministro globales que dependen de ese mercado.Y es que sectores como autopartes, textiles, tecnología, químicos y alimentos procesados, que dependen de insumos asiáticos o exportan componentes al mercado estadounidense, podrían experimentar aumentos de costos, retrasos logísticos o renegociaciones contractuales.Vea más: Publican proyecto de arancel cero a importación de insumos para confección de zapatosSin embargo, para los empresarios el riesgo no se reduce a pagar más, sino en lo que puede ocurrir también en los contratos, los márgenes y las decisiones que se tomen (o no) a tiempo. Además, para muchas empresas, el impacto no vendrá en forma de un nuevo impuesto, sino de conflictos con sus propios clientes o proveedores.Al respecto, Juan David López, socio de Comercio Exterior y Aduanas de Baker McKenzie Colombia, indicó que el verdadero riesgo no está solo en el listado de productos, sino en los contratos, márgenes y decisiones legales que las empresas deben tomar de forma anticipada.“Muchas compañías están revisando si sus productos están incluidos, pero muy pocas están revisando sus contratos. Y ahí es donde puede estar el mayor riesgo: mercancía en tránsito, acuerdos sin cláusulas de ajuste, o cadenas de suministro que se pueden romper sin respaldo legal”, sostuvo.Vea más: Cencosud venderá 10 estaciones de servicio a Distracom y plantea movida con 30 másAsí, el experto explicó los posibles escenarios a los que se enfrentan las empresas y cómo pueden afrontarlo de la mejor manera.Errores más comunes de los empresarios.A – Alcance real: no se trata solo del producto, sino del momento y del origen.Ante un panorama con nuevas medidas arancelarias, el impacto depende no solo del producto, sino también del país de origen, los términos de embarque y la fecha de salida. Una mercancía despachada sin documentación clara o con clasificación dudosa puede terminar enfrentando sobrecostos significativos.Vea más: Dueños de Imusa redoblan la apuesta para 'mandar la parada' en máquinas de café“Hay decisiones operativas que pueden parecer menores, como cuándo sale un contenedor o cómo se documenta el origen, pero que definen si una empresa termina pagando un 25% extra o no”, señala López.Recomendación: Verificar tiempos de embarque, condiciones de venta (Incoterms) y documentación de origen es clave para evitar errores costosos o sanciones. Un mal registro puede derivar en sobrecostos, pérdida de beneficios arancelarios o incumplimientos aduaneros.B – Bloqueos contractuales: lo que no esté pactado, puede costar millones.En el mundo hay muchos contratos internacionales que no contemplan variaciones arancelarias como causal de revisión de precios. Si faltan cláusulas de ajuste, fuerza mayor o revisión por causa sobreviniente se puede abrir la puerta a litigios o rupturas comerciales. “La mayoría de disputas que vemos no son por el arancel en sí, sino por la imposibilidad de renegociar cuando el contrato no lo permite. El margen se pierde ahí”, advierte López.Vea más: Colombia consolidará su papel como productor de aguacate y etanol en la próxima décadaRecomendación: Revisar los contratos vigentes, especialmente cláusulas de precio, impuestos, fuerza mayor o hardship, es fundamental para definir quién asume los sobrecostos y cómo proteger la relación comercial.Deje de firmar documentos en físico y pásese a lo digital, para ahorrar tiempo y dinero.Archivo particularC – Camino legal: cómo actuar antes de que sea demasiado tarde.En la actualidad existen herramientas legales que permiten mitigar el impacto de posibles medidas comerciales. El TLC Colombia–EE. UU. puede brindar trato preferencial si se prueba origen calificado. Las zonas francas o regímenes especiales pueden ofrecer alivios. Y la reorganización estratégica de proveedores debe hacerse con asesoría legal para evitar nuevos riesgos.“No se trata solo de moverse rápido. Se trata de moverse bien. Una mala decisión de cambio de proveedor o de clasificación puede generar nuevos problemas legales o tributarios”, explica López.Vea más: EE. UU. y UE alcanzan acuerdo arancelario que incluye compras de energía y defensaRecomendación: No basta con reaccionar. Las empresas deben cruzar legal, logístico y comercial para rediseñar su operación y anticipar escenarios. Lo que hoy se vea como una amenaza arancelaria, mañana puede convertirse en una contingencia contractual o fiscal. Las empresas que se preparen hoy podrán ajustar sus contratos, repensar su cadena y minimizar riesgos. Las que no, podrían enfrentar litigios, pérdida de clientes o sanciones, puntualiza el experto.VALENTINA DELGADILLO ABELLOPeriodista de Portafolio