Todos recordamos a ese personaje de leyenda o quizás real que fue conocido por robar a los ricos para ayudar a los pobres. Su atuendo era muy llamativo, túnica verde, una especie de capucha con plumas, cinturón, cubrebotas. Para robar, se escondía en los bosques y, con su equipo completo de arco y flechas, cometía sus "fechorías". En los últimos tiempos predominan los "ladrones" que utilizan su posición de autoridad, "porque ellos lo valen", son los que eluden cumplir cualquier tipo de norma, siendo su único objetivo conseguir pingües beneficios. Hay muchos pero sirvan de ejemplo algunos de ellos: Montoro y asociados, Trump y su pléyade de magnates; aquellos mal llamados empresarios que tienen trabajadores predominantemente ilegales en régimen de esclavitud. Montoro un gurú económico del PP que hizo grandes recortes, es el que presuntamente creó una red de influencias que impulsó modificaciones legislativas para favorecer a determinadas empresas y lucrarse con sus colegas del despacho Equipo Económico. El capitalismo de amiguetes puro y duro. Hay que reconocer su agudeza mental para inventarse mentiras, llamó a la amnistía fiscal "medida excepcional para incentivar la tributación de rentas no declaradas". Una resolución que permitió blanquear dinero a las personas que tenían casi todo su patrimonio en paraísos fiscales. Un ministro que tenía tanto cuajo que llegó a comparar las donaciones ilegales que recibía su partido (caso Gurtel…) con las recibidas por entidades sin ánimo de lucro como Cáritas. Aquellos empresarios que hacen trabajar 12 horas al día 7 días a la semana, aprovechándose de la vulnerabilidad de determinados colectivos. Inmigrantes que malviven en un mundo aparte, en condiciones deplorables, alojamientos precarios, hacinadas en chabolas o barracones, sin ningún derecho. Sueldos que están debajo del salario mínimo. Algunos ofrecen 4 euros por hora; las mujeres cobran menos que los hombres y sufren más abusos. Y, qué decir del inefable Trump, todo el mundo rindiéndole pleitesía y él insultando, amenazando, utilizando su posición de fuerza, un tirano que compatibiliza lo público con lo privado. Recortes a programas sociales (alimentos, pobreza, eliminar coberturas médicas) en contraste con los beneficios fiscales para los más ricos. Un negacionista del cambio climático y de la ciencia médica. Alguien que arengó el asalto al capitolio. Todos estos individuos buscan la riqueza pero no a base de esfuerzo sino con cargo a los más pobres. Todo es negocio a costa de los demás. Y, lamentablemente sobre todo este último tiene muchos seguidores e imitadores que aplauden haga lo que haga, aunque lo que diga un día sea lo contrario de lo que dice el siguiente.