El 1 de agosto de 1995, justo hace ahora treinta años, el sevillismo descendió a los infiernos, que tal es el significado teológico de la voz catábasis. Ese día, los comités Deportivo y de Finanzas de la Liga de Fútbol Profesional decidieron no inscribir a Sevilla y Celta de Vigo en las competiciones profesionales por no haber presentado en plazo los avales del 5% de sus presupuestos. Descendidos a Segunda B, sus puestos en la liga los ocuparían Valladolid y Albacete. Lo que siguió durante aquel fatídico agosto de 1995 fue una combinación de presión popular de las hinchadas, recomposición interna del club y mucho cálculo político del Gobierno de Felipe González para enmendarse a sí mismo en vista del... Ver Más