El escándalo que envuelve a Tabasco no es uno más. Hernán Bermúdez Requena, exjefe de Seguridad Pública del estado, pasó de ser un funcionario de alto rango a protagonista central en la narrativa criminal. Las investigaciones lo señalan como fundador y líder de uno de los grupos delictivos más violentos de la entidad, responsable del recrudecimiento de la violencia en los últimos años.Hasta ahí, el caso ya sería grave. Pero se convierte en dinamita política cuando asoma la sombra de su cercanía con el senador Adán Augusto López Hernández, líder de la bancada de Morena en el Senado y uno de los rostros más influyentes del movimiento lopezobradorista. El hombre al que el propio Andrés Manuel López Obrador llamaba “mi hermano” y a quien impulsó como aspirante presidencial.Adán Augusto se ha defendido con el argumento de que desconocía las actividades ilícitas de Bermúdez Requena. Una explicación poco convincente. Si sabía, es inaceptable; si no sabía, resulta todavía peor. Era su colaborador más cercano en temas de seguridad, lo veía todos los días en el gabinete estatal. ¿Cómo no enterarse?El costo político para el senador será alto. Morena lo sabe y, por eso, ha desplegado un blindaje insólito, bloqueando cualquier intento de la oposición por exigirle cuentas en la Comisión Permanente del Congreso. Maniobras que rayan en lo absurdo.Claudia Sheinbaum, por su parte, intentó poner orden: aseguró que su movimiento no protegerá a nadie, pero advirtió que nadie puede ser acusado sin pruebas. Fue más allá: habló de un linchamiento mediático contra Adán Augusto. Un mensaje que en realidad buscó bajar la temperatura y evitar que el fuego se extienda a Palacio Nacional.El impacto ha sido demoledor. Ha abierto fisuras internas en Morena que no pasan desapercibidas: la ausencia de Andy López Beltrán en el Consejo Nacional morenista encendió las alarmas. El operador político del expresidente, hijo y secretario de Organización, se mantuvo al margen en un momento clave. ¿Distancia calculada? ¿Advertencia silenciosa?Mientras tanto, Bermúdez Requena está prófugo. Hay ficha roja de Interpol, pero nada claro sobre su paradero. Hace días circuló el rumor de su muerte; nada confirmado. Todo en torno a él sigue envuelto en sombras.Lo único seguro es que este escándalo pegó en el corazón de Morena y se perfila para ser uno de los más costosos en su historia reciente. ¿Hasta dónde llegará? Imposible saberlo hoy. Pero la historia apenas comienza.The post La tormenta de Adán Augusto first appeared on Ovaciones.