Las cifras nacionales sobre pobreza en Colombia son buenas y muestran mejoras año a año, sin embargo, conviven con desigualdades persistentes; según se advierte en un reciente informe publicado por Anif, donde se relaciona que entre 2023 y 2024 aproximadamente 1,27 millones de personas salieron de la pobreza monetaria y 420.000 superaron la pobreza extrema.Si bien se trata de un avance importante, el análisis revela un panorama agridulce por cuenta de las brechas sociales por género y territorio siguen siendo profundas y preocupantes.Más información: Aranceles: que viene para el país con la ratificación de la tarifa del 10% de TrumpPartiendo de los datos publicados hace unos días por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que fija la línea de pobreza monetaria en $460.198 mensuales, y la de pobreza extrema en $227.220; desde Anif manifestaron que el balance general es positivo, pero deja claro que hay que prestarle mayor atención a varios renglones de la sociedad en específico.Antes de centrarse en sus observaciones, el informe explica que en las referencias de pobreza monetaria y monetaria extrema, la primera corresponde al umbral de ingreso mínimo para cubrir necesidades básicas como alimentación y vivienda; mientras que la segunda representa el mínimo requerido para garantizar un consumo calórico diario básico.La pobreza monetaria y monetaria extrema bajó en 2024.Imagen de ChatGPTMujeres jefas de hogar: en desventajaAsí las cosas, uno de los hallazgos centrales de este reporte es la diferencia marcada entre hogares dirigidos por mujeres y por hombres, tanto en zonas urbanas como rurales, ya que en las cabeceras municipales, los hogares con jefatura femenina presentaron un 40% más de pobreza monetaria y un 80% más de pobreza extrema en comparación con aquellos encabezados por hombres.Lea también: Minhacienda anticipa una buena alza en el salario mínimo para 2026Esta diferencia ya de por sí significativa se amplifica al observar los datos de pobreza en el campo, dado que en las zonas rurales, la brecha también es evidente: los hogares liderados por mujeres registran un 20% más de pobreza monetaria y un 40% más de pobreza extrema que los dirigidos por hombres.“La situación se torna aún más crítica cuando se compara entre mujeres, ya que una mujer cabeza de hogar en zona rural es 40% más pobre que su equivalente urbana y tiene 120% más probabilidad de caer en pobreza extrema”, dice el estudio.La pobreza monetaria y monetaria extrema bajó en 2024.Imagen de ChatGPTPobreza rural y desigualdad estructuralPara Anif, estas disparidades no son aleatorias ni coyunturales, sino que responden a causas estructurales del mercado laboral colombiano, puesto que el informe menciona que las mujeres enfrentan mayores barreras de acceso al trabajo formal, tanto por prejuicios sociales como por la carga del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, que sigue recayendo principalmente sobre ellas.“A esto se suma la alta tasa de subocupación femenina, que limita el ingreso aún cuando hay participación laboral, y la concentración del trabajo agrícola en manos de hombres, que excluye a muchas mujeres rurales de fuentes de ingreso estables”, agregaron.Consulte aquí: A partir de septiembre habrá relevo en la dirección de PortafolioLos analistas fueron enfáticos en que este conjunto de condiciones se traduce en menor autonomía económica para las mujeres, lo que no solo las mantiene en situación de vulnerabilidad, sino que además impacta directamente en los hogares que ellas lideran; mientras que en regiones rurales, donde las opciones de empleo formal son más escasas, estas barreras se agudizan.El informe reconoce que la disminución de la pobreza es una buena noticia, pero insiste en que no puede celebrarse sin matices, señalando que “la disminución de ambos indicadores trae consigo buenas nuevas, pero los resultados reflejan algunos matices, particularmente en poblaciones vulnerables, donde las mujeres rurales hacen parte de este grupo”.La pobreza monetaria y monetaria extrema bajó en 2024.Imagen de ChatGPTEn otras palabras, el país avanza, pero no todos avanzan al mismo ritmo y por eso, la entidad recomienda prestar especial atención a estos grupos si se quiere que la reducción de la pobreza sea sostenida y equitativa.“Políticas públicas que fortalezcan el acceso de las mujeres al empleo formal, que redistribuyan la carga de los cuidados y que abran oportunidades en las zonas rurales son claves para cerrar esas brechas”, concluyeron.DANIEL HERNÁNDEZ NARANJOPeriodista de Portafolio