El Hospital de Riotinto, en la provincia de Huelva, comunicaba por carta a sus pacientes el pasado mes que se ha visto obligado a reorganizar las consultas de otorrinolaringología debido al incremento de revisiones y de nuevas derivaciones desde Atención Primaria. En la misiva, el equipo médico explica que han realizado una "revisión de las historias clínicas para filtrar a los pacientes que prioritariamente deben continuar sus revisiones en las consultas y los que pueden ser valorados primero en su centro de salud por el médico de familia".[articles:338890]La decisión ha sido motivada por la escasez de especialistas. Desde el propio hospital se reconoce que, en estos momentos, "no podemos cubrir la plantilla completa de otorrinolaringología y los facultativos no dan abasto para poder revisar y tratar a todos los pacientes". Por ello, el centro justifica esta reorganización como una medida para evitar que los casos más graves queden sin atención. El comunicado está firmado por el conjunto de profesionales del área afectada.Críticas por la gestión sanitariaLa situación ha generado críticas desde la oposición política. La vicesecretaria general del PSOE de Andalucía, María Márquez, ha denunciado públicamente el contenido de la carta a través de sus redes sociales, calificando el hecho como "vergonzoso". A su juicio, la decisión del hospital es la muestra de una sanidad pública que "recorta fondos y abandona a la gente a su suerte", en referencia directa a la gestión del actual Gobierno andaluz.La carta enviada por el servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Riotinto a los pacientes.Márquez ha alertado de que el centro hospitalario estaría "cribando historiales y mandando a casa a personas sin ser vistas", una afirmación que ha tenido gran repercusión en el debate político sobre el estado de la sanidad pública en Andalucía. El colapso de la atención especializada en Riotinto no es un caso aislado. La presión sobre el sistema sanitario se ha intensificado en los últimos años, especialmente en áreas rurales, donde la escasez de profesionales médicos es cada vez más notoria. Desde el entorno sanitario se insiste en que la medida adoptada es temporal y busca preservar la atención urgente y prioritaria. Sin embargo, el malestar entre los usuarios crece ante la percepción de que la calidad del servicio se está viendo comprometida. Mientras tanto, los profesionales continúan trabajando bajo una fuerte presión asistencial, en un contexto que requiere soluciones estructurales a corto y medio plazo.