EL espectáculo mediático de esta semana a cuenta del cabildo de la Macarena ha mostrado, una vez más, lo peor de la ignorancia. Las valoraciones de tertulianos y 'opinólogos' en los programas de máxima audiencia dibujando a los sevillanos como meapilas y fanáticos religiosos sólo han contribuido a distorsionar una realidad que es mucho más amplia y rica de lo que el centralismo y la superioridad de muchos periodistas les permiten ver. No hace falta ser hermano de la Macarena ni ser sevillano para sentirse insultado. Yo no soy ninguna de las dos cosas, ni siquiera tengo una mayor devoción a esta virgen que a otras, pero sí me he sentido profundamente herida por ese rosario de expresiones desafortunadas con... Ver Más