Quería "destrozar a Samsung" pero el tiempo y el karma son bastante caprichosos. Corría el año 2019 y un gigante como Samsung acababa de presentar a su primer Galaxy Fold con diseño plegable para sorprender a toda la industria con la primera implementación comercial de un móvil con bisagra y pantalla AMOLED flexible.Debió gustarle el diseño a Roberto Escobar, pues esta persona, hermano del popular narcotraficante Pablo Escobar, fundó por entonces su empresa "fabricante" de smartphones denominada Escobar Inc., compañía que nació pretendiendo llevar al mercado un móvil plegable chapado en oro con un precio tan enormemente asequible que ya a todos nos hizo desconfiar en su momento.No sólo eso, y es que lo que se entendía como una estafa o un intento de fraude en su momento, se extendió también al lanzallamas de The Boring Company y otros dispositivos como el iPhone, enviando incluso unidades de pruebas a algunos de los influencers más populares como el mismísimo Marques Brownlee (MKBHD), que publicó sin miramientos un vídeo muy relevador.De hecho, es que este fue sin duda el gran error de Escobar y su testaferro sueco, un tal Olof Gustafsson, por entonces nombrado CEO de esta empresa Escobar Inc. y ahora en problemas judiciales en los Estados Unidos.La historia de Escobar Inc. se acaba con la aceptación de todos los cargos, una devolución millonaria y una posible pena de cárcelLo cierto es que tal y como nos contaban los compañeros de 9to5Google, ninguno de los productos presentados por Escobar Inc. era de verdad, pues el Escobar Fold 1 no era más que un Royole Flexpai renombrado y con unos vinilos por encima, con un precio de unos 350 dólares. Esta misma operativa fue repetida poco después con el Escobar Fold 2 que escondía bajo sus brillantes adornos algunas unidades devueltas de los Galaxy Fold 1st Gen de Samsung.Todos los productos vendidos por Escobar Inc. eran completamente falsos y formaban parte de una estrategia destinada a lavar dinero que ahora ha sido reconocida por Gustafsson ante los jueces. No en vano, es que los únicos productos reales que la compañía envió fueron precisamente esas unidades de test a los influencers, que sirvieron involuntariamente para mantener el plan de Roberto Escobar y su CEO.La empresa vendía así productos con promesas increíbles a precios ridículos, pero nunca enviaba nada más que artículos promocionales o certificados de propiedad sin validez alguna. Los clientes no podían solicitar ningún reembolso, además, pues se creaba un registro de entregas que servía como prueba ante los servicios de procesamiento de pagos, por lo que muy pocos de los estafados pudieron recuperar su dinero entonces.Ahora llega el final que todos esperábamos, pues los tribunales han visto cómo Olaf Gustafsson se declaraba culpable de "múltiples cargos de fraude y blanqueo de dinero", enfrentándose ahora a una vista para sentencia que tendrá lugar en Los Ángeles el próximo 5 de diciembre, y en la que podría ser sentenciado incluso a varias peticiones de prisión federal. Quizás para redimirse y buscar el favor judicial, Gustafsson ha acordado pagar más de 1,3 millones de dólares a las víctimas de su estafa, incluso usando su dinero personal, por lo que al menos, unos años después, el daño sí será restituido en parte.El artículo ¿Te acuerdas del smartphone plegable de Pablo Escobar? Su creador podría ir a la cárcel por fraude fue publicado originalmente en Andro4all.