El Santander es quizás el banco europeo más aficionado a las sorpresas y los golpes de efecto. Unas veces es una reestructuración interna, otras un fichaje fulgurante o una gran operación. En la última categoría entra su movimiento más reciente, la adquisición al Sabadell de su filial en Reino Unido, TSB. Una decisión que ha desconcertado al mercado por completo, máxime cuando hace seis meses los rumores eran que estudiaba ofertas para vender todo el negocio allí. La duda ahora es si la toma de TSB es una confirmación de que no se plantea salir de Reino Unido o si, en realidad, su idea es hacer más grande su negocio de allí para después venderlo.Seguir leyendo