Ivan Khripunov tenía 17 años cuando escribió en su diario: “Las diez de la noche. Estoy sentado solo en la trastienda. Todos ya se han acostado… la tinta es mala, se difumina en el papel, y la pluma lo araña como un buen arado… Todo me impide trabajar… Pero tengo que llenar el diario, cueste lo que cueste”. Era 1940 y Khripunov, un adolescente campesino en la Rusia de Stalin, ensayaba con esas líneas difuminadas —casi obsesivamente, como hacía desde hace tres años— su camino para convertirse en escritor. “Pienso en mi futura gran obra literaria, en la que muestro mi vida y doy una descripción completa de la sociedad contemporánea”, escribió en otro momento. Su afán terminó pronto, cuando con 18 años fue reclutado por el Ejército Rojo. Lo reportaron como desaparecido dos veces, en marzo y en julio de 1942. La fecha exacta de su muerte nunca se supo.Seguir leyendo